El TGN inyecta $us 50 millones al banco estatal

sábado, 29 de diciembre de 2012

Tras la promulgación de la nueva ley de la Entidad Bancaria Pública, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora, informó que lo primero que se hará será la inyección de 50 millones de dólares del Tesoro general de la Nación (TGN) al Banco Unión, mientras que dos expertos consultados por este medio recomendaron ayer un manejo profesional de la nueva entidad para no repetir “tristes experiencias” estatales.
Los 50 millones de dólares, transferencia prevista en la Ley 331, se suman a los 77 millones de dólares con los que ya contaría el Banco Unión, por lo que la nueva entidad estatal arrancaría con 127 millones de dólares, para que el banco expanda sus operaciones a varias regiones del país.
Para el analista económico José Luis Evia, el banco estatal deberá desechar criterios políticos y ser manejada con mucho criterio técnico y sobre todo profesional, para evitar “las tristes experiencias de los bancos estatales”.
“Añ os antes, las decisiones de los bancos estatales se tomaban en función de las variables políticas para dar mayor apoyo al Gobierno de turno o en su caso para financiar proyectos decididos en el Poder Ejecutivo”, sostuvo.
Agregó que, pese a tratarse de un Banco del Estado, debería sujetarse a las mismas regulaciones o reglas que las demás entidades bancarias; es decir, no tener preferencias, legislación especial o ventajas sobre los demás bancos, porque crearía competencias desleales y odiosas.
Para el expresidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC), Carlos Flores, el nuevo Banco del Estado debe estar orientado ante todo al fomento y desarrollo de emprendimientos privados, como pequeñas y microempresas o públicos, que no entre en la lógica comercial de la banca normal, porque no hace falta este tipo de entidad financiera.
En su criterio, un Banco del Estado no puede disputar un mercado donde existen muchos competidores y debería brind ar atención a las necesidades financieras de pequeñas y microempresas , organizaciones comunitarias, asociaciones de productores y cooperativas, que están al margen del sistema financiero.
Evia observó, además, que tratándose de un Banco no comercial tal vez podría ofrecer planes o condiciones más ventajosas al sector productivo, pero sin perder de vista el criterio de que,  aun siendo un banco estatal, no puede generar pérdidas.

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