Tras siete horas y media de negociaciones, se rompió el diálogo entre representantes de los afiliados a la Federación de Panificadores de Cochabamba (Fedepaco) y el viceministro de la Pequeña y Mediana Empresa, Martín Basurco.
El Gobierno dijo que no puede atender el pedido de incrementar a cuatro quintales de harina por panificador y éstos decidieron mantener el paro por segundo día.
Mientras los panificadores exigen que el Gobierno les entregue 18 mil quintales mensuales de harina subvencionada, el Gobierno ofrece 15.800.
Acompañado de dirigentes de varios sindicatos locales y poco antes de abandonar las instalaciones de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), lugar donde se instalaron las negociaciones, el presidente de la Fedepaco, Freddy Cuentas, informó que las negociaciones fracasaron “por la intransigencia” del viceministro de la Mediana y Pequeña Empresa, Martín Basurco, quien no quiso atender la problemática de los panificadore s de Cochabamba, que requieren alrededor de 18 mil quintales de harina de Emapa para mantener congelado el precio del pan de batalla en 0,50 bolivianos la unidad de 65 gramos.
Por su parte, Basurco también dijo que lamentaba “la intransigencia” de los panificadores que rechazaron la propuesta gubernamental de un cupo mensual de 15 mil hasta 15.800 quintales, destinados a un grupo de 250 panificadores afiliados a la Fedepaco, cuando en todo el departamento trabajan alrededor de 1.000 panificadores independientes.
Según el dirigente Cuentas, “las negociaciones retornaron a punto cero, y la actitud del Viceministro y las autoridades de Emapa nos están empujando a cumplir las 72 horas de paro y la no elaboración del pan de batalla para los hogares cochabambinos”.
Advirtió que el próximo miércoles la Fedepaco se reunirá en ampliado departamental de emergencia, “ya no para tratar el cupo de harina subvencionada; sino para establecer un nuevo precio del pan de batalla”, que, según varios panaderos de base , costaría 0,80 bolivianos la unidad, considerando que la harina argentina, que es con la que trabajan, cuesta 245 bolivianos.
A tiempo de reiterar su predisposición a retomar el diálogo, “siempre y cuando las autoridades de Gobierno reflexionen sobre su actitud”, Cuentas explicó que inicialmente la demanda del sector bordeaba los 30 mil quintales por mes para garantizar el precio del pan de batalla; pero que atendiendo las dificultades manifestadas por Emapa bajaron su requerimiento hasta 18 mil quintales.
Ante el fracaso del diálogo, Basurco invitó a los panificadores independientes a trabajar con harina de Emapa, advirtiendo además con iniciar “mañana mismo (por hoy) acciones penales contra personas particulares o afiliados a Fedepaco que impidan la elaboración y venta libre de pan de batalla”.
Ante esa advertencia, Cuentas señaló que el ampliado departamental del próximo miércoles determinará la mejor medida.
Por su parte, el vicepresi dente de la Confederación de Panificadores, Juan Lisboa Gutiérrez, advirtió ayer que la actitud del viceministro Basurco podría precipitar el conflicto.
Dijo que puesto que Basurco “no entiende la problemática del sector”, podría hacer que el paro de 72 horas de Cochabamba se convierta en un paro nacional, con la incorporación de las federaciones departamentales de La Paz, Sucre y Oruro.
El Gobierno dijo que no puede atender el pedido de incrementar a cuatro quintales de harina por panificador y éstos decidieron mantener el paro por segundo día.
Mientras los panificadores exigen que el Gobierno les entregue 18 mil quintales mensuales de harina subvencionada, el Gobierno ofrece 15.800.
Acompañado de dirigentes de varios sindicatos locales y poco antes de abandonar las instalaciones de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), lugar donde se instalaron las negociaciones, el presidente de la Fedepaco, Freddy Cuentas, informó que las negociaciones fracasaron “por la intransigencia” del viceministro de la Mediana y Pequeña Empresa, Martín Basurco, quien no quiso atender la problemática de los panificadore s de Cochabamba, que requieren alrededor de 18 mil quintales de harina de Emapa para mantener congelado el precio del pan de batalla en 0,50 bolivianos la unidad de 65 gramos.
Por su parte, Basurco también dijo que lamentaba “la intransigencia” de los panificadores que rechazaron la propuesta gubernamental de un cupo mensual de 15 mil hasta 15.800 quintales, destinados a un grupo de 250 panificadores afiliados a la Fedepaco, cuando en todo el departamento trabajan alrededor de 1.000 panificadores independientes.
Según el dirigente Cuentas, “las negociaciones retornaron a punto cero, y la actitud del Viceministro y las autoridades de Emapa nos están empujando a cumplir las 72 horas de paro y la no elaboración del pan de batalla para los hogares cochabambinos”.
Advirtió que el próximo miércoles la Fedepaco se reunirá en ampliado departamental de emergencia, “ya no para tratar el cupo de harina subvencionada; sino para establecer un nuevo precio del pan de batalla”, que, según varios panaderos de base , costaría 0,80 bolivianos la unidad, considerando que la harina argentina, que es con la que trabajan, cuesta 245 bolivianos.
A tiempo de reiterar su predisposición a retomar el diálogo, “siempre y cuando las autoridades de Gobierno reflexionen sobre su actitud”, Cuentas explicó que inicialmente la demanda del sector bordeaba los 30 mil quintales por mes para garantizar el precio del pan de batalla; pero que atendiendo las dificultades manifestadas por Emapa bajaron su requerimiento hasta 18 mil quintales.
Ante el fracaso del diálogo, Basurco invitó a los panificadores independientes a trabajar con harina de Emapa, advirtiendo además con iniciar “mañana mismo (por hoy) acciones penales contra personas particulares o afiliados a Fedepaco que impidan la elaboración y venta libre de pan de batalla”.
Ante esa advertencia, Cuentas señaló que el ampliado departamental del próximo miércoles determinará la mejor medida.
Por su parte, el vicepresi dente de la Confederación de Panificadores, Juan Lisboa Gutiérrez, advirtió ayer que la actitud del viceministro Basurco podría precipitar el conflicto.
Dijo que puesto que Basurco “no entiende la problemática del sector”, podría hacer que el paro de 72 horas de Cochabamba se convierta en un paro nacional, con la incorporación de las federaciones departamentales de La Paz, Sucre y Oruro.
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