Las previsiones sobre la economía global en 2011 no son alentadoras. No solamente indican que habrá una desaceleración sino que ésta estará acompañada por una elevación de los precios de los alimentos, entre otras materias primas, generando crisis especialmente en los países más pobres.
El Banco Mundial (BM) y el Foro Económico Mundial (FEM) alertan que las presiones inflacionarias pondrán en riesgo la seguridad alimentaria.
Los efectos del cambio climático seguirán provocando la caída de la producción agrícola y, por lo tanto, la reducción de la oferta de alimentos, una realidad que hoy vive Bolivia.
El BM, en su informe de previsiones económicas 2011, señala que aunque el precio de los alimentos está aún por debajo del máximo de junio de 2008, el aumento está ejerciendo una presión elevada en los países más pobres y advierte que si se sigue esta tendencia no se puede descartar una crisis alimentaria.
El organismo menciona que si los precios internacionales conti núan aumentando, los problemas de poder de compra y de repercusiones sobre la pobreza podrían agravarse.
“Estamos muy preocupados por el alza de los precios de la alimentación (...). Vemos ciertas semejanzas con la situación de 2008, justo antes de la crisis financiera”, dijo el miércoles pasado el director de previsiones de desarrollo del BM, Hans Timmer, durante la presentación del análisis.
El FEM dice, en su informe “Riesgos Globales 2011”, que el mundo no está en condiciones de resistir una nueva crisis global y manifiesta su preocupación por el triángulo “agua-alimentos-energía”.
El rápido crecimiento demográfico del mundo y la creciente prosperidad económica están ejerciendo presiones insostenibles sobre los recursos, y el Foro prevé que la demanda de agua, energía y alimentos crezca entre un 30 y un 50 por ciento en los próximos 20 años.
También con preocupación se manifestaron esta semana los bancos centrales del G-10 en su reunión bimestral en la sede del Banco de Pagos Internacionales (BPI) en la ciudad suiza de Basilea.
El grupo alertó de la fuerte subida de los precios de algunos alimentos y de la amenaza inflacionista especialmente para las economías emergentes.
Cierre alto
Datos de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señalan que los precios de los alimentos subieron un 25 por ciento en 2010.
“Hay una tendencia preocupante al alza. Los precios de los cereales subieron un 39 por ciento el último año”, dijo recientemente Ekaterina Krivonos, oficial de Comercio y Mercados de la FAO.
La funcionaria, quien matizó que las secuelas sociales variarán según los países, añadió que el actual nivel de precios es similar al techo histórico alcanzado en 2008.
“Sin embargo hay mayores reservas”, agregó Krivonos, precisando que el incremento en curso está inducido por la incertidumbre sobre la producción futura.
Citó como ejemplo el efecto sobre las expectativas que tuvo en el mundo qu e Rusia restringiera sus exportaciones después de la sequía de 2010, año marcado por eventos climáticos.
Valor de alimentos se triplicó en década
Los precios de los alimentos, según estadísticas de la FAO difundidas a principios de este año, se duplicaron entre los años 2000 y 2010, pero llegando a casi triplicarse en el caso de los cereales, esenciales para la dieta.
La crisis, influida por la especulación financiera en el mercado futuro de los alimentos, presionará en especial la situación social en los países pobres, indica la organización.
Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, donde entre cinco y dos de cada 10 personas están desnutridas, encararán la situación social y financiera más compleja de la región, según la FAO. Otros países, como Perú, Ecuador y Bolivia, señala, se enfrentarán a una creciente incertidumbre alimenticia.