Muy pocos lo saben, pero Carl Edward Brockmann Hinojosa, doctor en ciencias geológicas y vecino de un departamento en Cochabamba, es quien en 1975 descubrió el litio de Bolivia, junto con un equipo norteamericano de la NASA. Él es consciente de ello y justamente es una de las dos cosas que le molestan del tema: primero, que nadie hable del descubrimiento, y segundo, si el descubrimiento fue hace 36 años, ¿por qué Bolivia perdió tanto tiempo para pensar en industrializar el “oro blanco”?
Brockmann también es el único boliviano y primer latinoamericano en recibir el premio William T. Pecora Awars, otorgado por la NASA a científicos de aporte a las investigaciones, en este caso por la precisión de sus informes satelitales en la década de los 70, que posibilitaron desvelar los yacimientos de litio. También descubrió un fósil marino que hoy lleva su nombre.
En la sala de su departamento, Brockmann recuerda con mucho orgullo la época del hallazgo. La entrevista se interrumpe a cada momento. Consulta documentos, muestra imágenes satelitales de ese entonces, acude a publicaciones anteriores… Al final, éste es el producto de nuestra entrevista.
-¿Cuál es su experiencia en el tema del litio? Se dice que usted es uno de los descubridores del enorme potencial del salar de Uyuni.
- Yo era, en su época (1975), el director del programa ERTS (Investigaciones de la Tierra Vía Satélite, por sus siglas en inglés), un programa de investigación de recursos naturales vía satélite de Bolivia, con base en un convenio que el Gobierno boliviano suscribió con la NASA. Yo era la contraparte boliviana. En 1976, hicimos un contacto con el Servicio Geológico de Estados Unidos y en abril vino a Bolivia el geólogo William Carter, con quien tomamos alturas del salar de Uyuni mediante satélite. (En ese entonces, Brockmann quería hacer una inventariación de las sales con fines de publicación).
Con YPFB, hicimos perforaciones de 100 metros de prof undidad en Kolchani y cerca de la Isla del Pescado. En una de las per foraciones se descontroló el pozo. Comenzó a soplar. Había mucha cantidad de gas metano. ¿Por qué? En la salmuera se encontraron anomalías de litio. En julio del mismo año, llegaron los resultados de Estados Unidos: había indicios de litio en el salar de Uyuni. (Los diarios Presencia, El Diario y Hoy publican “Un gran yacimiento de litio fue descubierto en el salar de Uyuni”, “Descubren el yacimiento de litio más grande del mundo” y “Yacimiento de litio es uno de los más grandes del mundo”, respectivamente). Pero sólo eran indicios.
¿Era la primera vez que se hablaba de litio en Bolivia?
Nunca jamás se había pensado que en Uyuni pudiera haber litio (siempre se había buscado este mineral en la costra de los salares, pero no en la salmuera), y en Uyuni estaba en la salmuera. En Kolchani, se encontraron unas 500 partes por millón y en la Laguna del Pescado 1.500 partes por millón, como perclorato de litio, es decir en líquido, y para exp lotar el litio había que evaporarlo.
¿Cuándo se empieza a hablar de litio para explotarlo e industrializarlo?
En septiembre de ese mismo año, se organiza una excursión geológica de expertos norteamericanos con el Servicio Geológico de Estados Unidos y un representante de la Lithium Corporation. En 1977, un representante de la Litium Corporation ofreció al Gobierno de entonces (Hugo Banzer Suárez) una inversión grande para explotar litio. La empresa me pide que le busque tres abogados, de los cuales escoge un abogado minero, que encuentra algo interesante. En la ley minera boliviana no estaba prevista la explotación de la salmuera. La empresa no quería dar un paso más adelante si no se arreglaba el aspecto legal. Después vino la inestabilidad política (cambio de ministros, golpes de Estado, dictaduras). Yo dejé el país, durante la dictadura de García Meza y fue la última vez que supe de una oferta de explotación de litio.
¿Por qué cree que el país demoró tanto para p oner sus ojos en el mineral?
Hay un vacío desde 1977 hasta 1992, 1 993, en que hubo algún ofrecimiento de la Lithium Corporation en el Gobierno de Paz Zamora, pero la empresa terminó yéndose a explotar litio a Argentina. De allí en adelante, no. En 1976, el litio se hacía importante porque el petróleo en esa época ya estaba caro y dijeron que el litio iba a ser la alternativa. Las baterías de litio son las únicas que no se descargan con el frío, se usan con algunas combinaciones con todo lo que son aviones, portaviones. También están las baterías comunes y corrientes para relojes. Se utilizan como lubricantes en grasas, en medicamentos, y, lo más importante, en la industria atómica, para la fusión nuclear. Por otro lado, se calcula que las baterías de litio se van a poder reciclar en 2015. ¿Habrá un boom del litio?, ¿qué podrá ocurrir?
¿Las reservas son tan grandes como se dice?
En 1976, dijeron que había 5 millones de toneladas de litio, actualmente dicen 12 millones de toneladas, yo le digo que no creo que en este momento exista una cuantificación real (hay declaraciones de que habría 90 millones de toneladas y otras bajan hasta 3,5 millones).
-El Gobierno finalmente ha emprendido hace tres años trabajos de investigación para producir carbonato de litio.
¿Cómo ve este proceso?
Yo lo que veo, es que están haciendo piscinas de evaporación (la evaporación es un trabajo moroso tomando en cuenta el frío en Uyuni, a diferencia de los yacimientos secos de Chile y Argentina), pero hay un trabajo de investigación de la Universidad Tomás Frías junto con la Universidad de Saiverts de Alemania para extraer litio y ellos han desarrollado su propio sistema (conos), que lo han patentado, pero el Gobierno no quiere saber nada de esto ¿Por qué?
-¿La labor actual permitirá a Bolivia comenzar a producir carbonato de litio a escala hasta fines de este año?
De lo que se lee en la prensa, se calcula que la producción de carbonato de litio está retrasada unos tres años. He escuchado también declaraciones que i ndican que recién se va a comenzar a producir a principios de 2015. N o sé si será cierto o no, pero sí se ve que existe un retraso grande en la producción.
-¿El apoyo que dan Japón y Corea del Sur es importante? ¿En qué áreas?
Con Corea ya firmaron para hacer cátodos de litio (con la empresa Poscko), pero siguen todavía en producir carbonato. En cuanto a Japón (país con el que se suscribió en 2009 un proyecto de producción de carbonato de litio, fase previa a la de los cátodos), yo escuché al embajador decir que Bolivia está perdiendo miserablemente el tiempo para producir carbonato de litio.
-¿Y usted qué piensa? Después de todo usted lleva ya esperando 36 años
Estoy de acuerdo. Bolivia, ha perdido miserablemente el tiempo. Siento una gran frustración como profesional. Hemos entregado al Estado un bien que pudo haber sido explotado en beneficio del país, y no lo hace, o lo hace de forma deficiente o mala. Ésa es la frustración que uno siente como profesional. Condiciones para explotar, seguramente hubo. Le recuerdo el caso de la oferta en el Gobierno de Paz Zamora. Más bien este Gobierno le ha puesto algo de interés al tema.
-Se dice que aunque hay gran expectativa por el litio, su potencial futuro en el mercado de baterías no es tan promisorio ¿está de acuerdo?
Yo creo que recién está por verse lo que se viene. Estoy de acuerdo a medias. Es posible que se desarrollen energías alternativas, pero ya hemos perdido mucho tiempo.
Una vida llena de méritos
Carl Edward Brockmann Hinojosa tiene un frondoso currículum como doctor en Ciencias Geológicas.
Ejerció muchos cargos desde 1961 en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Desde agosto de 1972 hasta noviembre de 1980, fue director del Programa ERTS/Bolivia, entidad con la que descubrió los yacimientos de litio en Bolivia.
Desde 1987 hasta 2004, fue director del Programa Alimentos para el Desarrollo de Bolivia.
Hizo varios trabajos de consultoría para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Presidencia de Bolivia, la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Agencia de los Estados Unidos para la Cooperación Internacional (Usaid) y otros.
Obtuvo numerosos reconocimientos a nivel internacional, entre los que sobresale su gran orgullo: el William T. Pecora Award (USA), auspiciado y conferido por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y el Departamento del Interior de los Estados Unidos. Fue el primer boliviano y hasta ahora el único en lograr esa distinción.
También obtuvo el Premio al Desarrollo Profesional, conferido por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional Canadá (CIID) y el premio Instituto de Pesquisas Espaciales, en Brasil.