La producción de leche en la cuenca lechera de los valles alto, bajo y central de Cochabamba podría disminuir hasta en un 20 por ciento desde los primeros días de enero si la falta de forraje e insumos alimenticios se prolonga hasta fin de este mes, advirtió ayer Juan Carlos Irahola, presidente de la Asociación de Productores Lecheros de Cochabamba (Adeplec).
Explicó que debido a la escasez y elevados precios de los insumos alimenticios para el ganado provenientes del oriente del país, como cascarilla de soya, maíz, sorgo y soya solvente, la estructura de costos del sector se incrementó en un 80 por ciento, es decir que hace un mes producir un litro de leche costaba 2,75 bolivianos y ahora unos 4,10 bolivianos.
“De persistir esta situación es posible que baje drásticamente la producción, que tengamos que enfrentar decesos de ganado o finalmente ajustar nuestra estructura de costos y pedir un nuevo precio por la entrega de leche cruda”, señaló Irahola.
Den unció que en las dos últimas semanas los precios de los alimentos volvieron a subir: el kilo de cascarilla de soya subió de 0,85 a 3,50 bolivianos; el quintal de maíz amarillo, de 97 a 117 bolivianos; el quintal de sorgo de 96 a 100 bolivianos; y el quintal de soya solvente de 130 a 148 bolivianos.
Para mantener los niveles de producción en los actuales 300 mil litros día, Irahola indicó que las aproximadamente 45 mil cabezas de ganado mejorado de Cochabamba requieren consumir al año un total de 45 mil toneladas de cascarilla de soya, 20 mil toneladas de maíz duro o amarillo, 10 mil toneladas de sorgo y algo más de 15 mil toneladas de soya solvente y otros insumos menores.
Ante la escasez de forraje e insumos alimenticios en el mercado local y cruceño, el presidente de la Adeplec dijo que los productores lecheros de Cochabamba se vieron obligados a pagar precios exagerados a los intermediarios para evitar que baje la producción y calidad de leche.
“Los interme diarios hacen aparecer de donde sea, pero al precio que ellos fijan&r dquo;, agregó.
Explicó que debido a la escasez y elevados precios de los insumos alimenticios para el ganado provenientes del oriente del país, como cascarilla de soya, maíz, sorgo y soya solvente, la estructura de costos del sector se incrementó en un 80 por ciento, es decir que hace un mes producir un litro de leche costaba 2,75 bolivianos y ahora unos 4,10 bolivianos.
“De persistir esta situación es posible que baje drásticamente la producción, que tengamos que enfrentar decesos de ganado o finalmente ajustar nuestra estructura de costos y pedir un nuevo precio por la entrega de leche cruda”, señaló Irahola.
Den unció que en las dos últimas semanas los precios de los alimentos volvieron a subir: el kilo de cascarilla de soya subió de 0,85 a 3,50 bolivianos; el quintal de maíz amarillo, de 97 a 117 bolivianos; el quintal de sorgo de 96 a 100 bolivianos; y el quintal de soya solvente de 130 a 148 bolivianos.
Para mantener los niveles de producción en los actuales 300 mil litros día, Irahola indicó que las aproximadamente 45 mil cabezas de ganado mejorado de Cochabamba requieren consumir al año un total de 45 mil toneladas de cascarilla de soya, 20 mil toneladas de maíz duro o amarillo, 10 mil toneladas de sorgo y algo más de 15 mil toneladas de soya solvente y otros insumos menores.
Ante la escasez de forraje e insumos alimenticios en el mercado local y cruceño, el presidente de la Adeplec dijo que los productores lecheros de Cochabamba se vieron obligados a pagar precios exagerados a los intermediarios para evitar que baje la producción y calidad de leche.
“Los interme diarios hacen aparecer de donde sea, pero al precio que ellos fijan&r dquo;, agregó.
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