En lo que va del año respecto a fines de la pasada gestión, los precios de los metales básicos y preciosos han presentado caídas importantes en los mercados ante temores sobre un descenso de la demanda mundial y malos resultados de grandes compañías del rubro.
Muchas de estas materias primas son exportadas por Bolivia por lo que el descenso repercute en los ingresos del país.
Datos del Banco Central de Bolivia (BCB) señalan que el precio del zinc, que el 10 de febrero pasado se situó en 10,95 dólares por libra, cayó un 17,81 por ciento hasta esa fecha.
Similar comportamiento tuvo el plomo al bajar su cotización un 16,43 por ciento y quedar en 10,92 dólares la libra. El cobré bajó un 10,64 por ciento y el estaño 8,82 por ciento.
Los metales preciosos no se salvaron aunque con caídas menores. El oro cerró el 10 de febrero en 1.073,70 dólares la onza troy registrando un descenso de 2,12 y la plata bajó un 8,64 por ciento.
Los inversionistas del sector están preocu pados después de que China elevó la proporción de los depósitos que los bancos deben mantener como reserva, en la señal más clara hasta ahora de que ha empezado a endurecer su política monetaria para hacer más lenta su recuperación económica y, por lo tanto, también la recuperación del consumo de metales en el mundo.
Muchas de estas materias primas son exportadas por Bolivia por lo que el descenso repercute en los ingresos del país.
Datos del Banco Central de Bolivia (BCB) señalan que el precio del zinc, que el 10 de febrero pasado se situó en 10,95 dólares por libra, cayó un 17,81 por ciento hasta esa fecha.
Similar comportamiento tuvo el plomo al bajar su cotización un 16,43 por ciento y quedar en 10,92 dólares la libra. El cobré bajó un 10,64 por ciento y el estaño 8,82 por ciento.
Los metales preciosos no se salvaron aunque con caídas menores. El oro cerró el 10 de febrero en 1.073,70 dólares la onza troy registrando un descenso de 2,12 y la plata bajó un 8,64 por ciento.
Los inversionistas del sector están preocu pados después de que China elevó la proporción de los depósitos que los bancos deben mantener como reserva, en la señal más clara hasta ahora de que ha empezado a endurecer su política monetaria para hacer más lenta su recuperación económica y, por lo tanto, también la recuperación del consumo de metales en el mundo.
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