Son pequeños agricultores, de entre 31 y 58 años de edad y con experiencia promedio de 15 años en la producción de frutas, que decidieron recibir formación técnica y académica en la producción de duraznos y frutas de valle para recuperar gradualmente los niveles de producción de hace 50 años e incorporar otros frutos como manzanas y uvas a la actividad frutícola del valle alto.
Alrededor de 40 experimentados agricultores fueron seleccionados por sus municipios para cursar la Carrera Técnica en Producción de Durazno, en el Tecnológico Agropecuario de Tarata (TAT), dependiente del Ministerio de Educación, durante un año, y bajo la asistencia didáctica y pedagógica de la Fundación Fautapo, institución que trabaja en capacitación técnica basada en intercambio de competencias.
Con la experiencia de la primera versión de la Carrera Técnica, que el año pasado graduó a 32 técnicos auxiliares en producción de durazno (actividad que ocupa al 60 por ciento de la población del val le alto), este año los “pasantes” tendrán la asistencia técnica de 18 facilitadores o instructores en aula y campo, es decir seis más que el año pasado, informó Jaime Martínez, coordinador general de Fautapo.
Sobre un promedio de 1.000 horas académicas programadas para esta gestión, 300 se desarrollarán en aulas del TAT, que cuenta con ambientes adecuados, plantaciones e invernaderos de experimentación, cada 15 días, los sábados y domingos.
Las 700 horas académicas restantes se impartirán en las huertas de los “pasantes” durante el ciclo fenológico de la planta de durazno, que dura entre 230 y 245 días, con asistencia permanente de facilitadores que tienen, en algunos casos, experiencia en fruticultura de 30 años.
Según el programa académico, en las huertas de los pasantes se realizan prácticas de poda, tratamiento fitosanitario, manejo del recursos agua y protección del medio ambiente, uso adecuado de productos orgánicos (caldos de azufre, m acerados de locoto, ajo y paraíso), evaluaciones, labores culturales (deshierbes, poda en verde e invierno, tratamiento de cosecha y post cosecha) y buenas prácticas agrícolas.
Según el Consejo Departamental de Competitividad (CDC), toda la formación teórica y práctica está orientada a ampliar la temporalidad de venta del durazno, mejorar la producción que disminuyó en más del 50 por ciento en los últimos cinco años, introducir y experimentar nuevas variedades y especies que mejor se adapten a los suelos del valle alto, expandir la producción frutícola a manzanas y uvas, e incrementar los ingresos económicos familiares.
En criterio de Iver Gutiérrez (25), que después del fallecimiento de sus padres asumió la responsabilidad de mantener y mejorar la producción en sus tres hectáreas de durazno y más de 50 metros cuadrados de manzanas y uva en San Benito, los conocimientos adquiridos en la Carrera Técnica le permitirán atacar con mayor efectividad las plagas de frutas, instalar sistemas de alerta temprana contra desastres naturales y defini r qué variedades de durazno y manzana se adaptan mejor a los suelos de su huerta.Carreras para mejorar actividad agropecuariaAtendiendo requerimientos de capacitación específica en la producción agropecuaria, la Fundación Fautapo tiene previsto implementar hasta mediados de este año cinco carreras técnicas en los municipios de Tolata, Arani, San Benito, Punata y Cliza.
Aprovechando sus potencialidades, en Tolata será habilitada la carrera técnica en porcino cultura; en Arani, se pondrá en marcha el manejo de hato lechero y producción de manzanas; en San Benito, se impulsará el cultivo de vid; en Punata, se potenciará la horticultura, jardinería y paisajismo, y en Cliza, se dará fuerza a la lechería y producción de manzanas.
“En todos los casos serán implementadas esas carreras a nivel técnico auxiliar en producción a requerimiento expreso de los municipios, que han visto sus debilidades en esos rubros y las posibilidades de cambiar su entorno p roductivo”, comentó Efraín Zárate, facilitador de Fautapo.
S egún la Plataforma Frutas de Valle, las carreras técnicas en sus diferentes aristas buscan mejorar los sistemas de producción y manejo integrado de cultivos frutales, tener conocimiento del manejo integrado de plagas, rescatar saberes locales de productores expertos en la cadena de producción, reducir los riesgos del cambio climático y ser competitivos en la comercialización.
Según el Consejo Departamental de Competitividad, la creación de las carreras técnicas en el valle alto mejorará las capacidades y conocimientos de los agricultores, que se constituirán a su vez en generadores, impulsores o prestadores de servicios con innovación tecnológica.
Alrededor de 40 experimentados agricultores fueron seleccionados por sus municipios para cursar la Carrera Técnica en Producción de Durazno, en el Tecnológico Agropecuario de Tarata (TAT), dependiente del Ministerio de Educación, durante un año, y bajo la asistencia didáctica y pedagógica de la Fundación Fautapo, institución que trabaja en capacitación técnica basada en intercambio de competencias.
Con la experiencia de la primera versión de la Carrera Técnica, que el año pasado graduó a 32 técnicos auxiliares en producción de durazno (actividad que ocupa al 60 por ciento de la población del val le alto), este año los “pasantes” tendrán la asistencia técnica de 18 facilitadores o instructores en aula y campo, es decir seis más que el año pasado, informó Jaime Martínez, coordinador general de Fautapo.
Sobre un promedio de 1.000 horas académicas programadas para esta gestión, 300 se desarrollarán en aulas del TAT, que cuenta con ambientes adecuados, plantaciones e invernaderos de experimentación, cada 15 días, los sábados y domingos.
Las 700 horas académicas restantes se impartirán en las huertas de los “pasantes” durante el ciclo fenológico de la planta de durazno, que dura entre 230 y 245 días, con asistencia permanente de facilitadores que tienen, en algunos casos, experiencia en fruticultura de 30 años.
Según el programa académico, en las huertas de los pasantes se realizan prácticas de poda, tratamiento fitosanitario, manejo del recursos agua y protección del medio ambiente, uso adecuado de productos orgánicos (caldos de azufre, m acerados de locoto, ajo y paraíso), evaluaciones, labores culturales (deshierbes, poda en verde e invierno, tratamiento de cosecha y post cosecha) y buenas prácticas agrícolas.
Según el Consejo Departamental de Competitividad (CDC), toda la formación teórica y práctica está orientada a ampliar la temporalidad de venta del durazno, mejorar la producción que disminuyó en más del 50 por ciento en los últimos cinco años, introducir y experimentar nuevas variedades y especies que mejor se adapten a los suelos del valle alto, expandir la producción frutícola a manzanas y uvas, e incrementar los ingresos económicos familiares.
En criterio de Iver Gutiérrez (25), que después del fallecimiento de sus padres asumió la responsabilidad de mantener y mejorar la producción en sus tres hectáreas de durazno y más de 50 metros cuadrados de manzanas y uva en San Benito, los conocimientos adquiridos en la Carrera Técnica le permitirán atacar con mayor efectividad las plagas de frutas, instalar sistemas de alerta temprana contra desastres naturales y defini r qué variedades de durazno y manzana se adaptan mejor a los suelos de su huerta.Carreras para mejorar actividad agropecuariaAtendiendo requerimientos de capacitación específica en la producción agropecuaria, la Fundación Fautapo tiene previsto implementar hasta mediados de este año cinco carreras técnicas en los municipios de Tolata, Arani, San Benito, Punata y Cliza.
Aprovechando sus potencialidades, en Tolata será habilitada la carrera técnica en porcino cultura; en Arani, se pondrá en marcha el manejo de hato lechero y producción de manzanas; en San Benito, se impulsará el cultivo de vid; en Punata, se potenciará la horticultura, jardinería y paisajismo, y en Cliza, se dará fuerza a la lechería y producción de manzanas.
“En todos los casos serán implementadas esas carreras a nivel técnico auxiliar en producción a requerimiento expreso de los municipios, que han visto sus debilidades en esos rubros y las posibilidades de cambiar su entorno p roductivo”, comentó Efraín Zárate, facilitador de Fautapo.
S egún la Plataforma Frutas de Valle, las carreras técnicas en sus diferentes aristas buscan mejorar los sistemas de producción y manejo integrado de cultivos frutales, tener conocimiento del manejo integrado de plagas, rescatar saberes locales de productores expertos en la cadena de producción, reducir los riesgos del cambio climático y ser competitivos en la comercialización.
Según el Consejo Departamental de Competitividad, la creación de las carreras técnicas en el valle alto mejorará las capacidades y conocimientos de los agricultores, que se constituirán a su vez en generadores, impulsores o prestadores de servicios con innovación tecnológica.
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