La Paz |El analista Hugo del Granado dijo que para enfrentar la crítica situación de la caída de reservas gasíferas, lo primero que debe hacer el Gobierno es “dar a conocer las cifras de la nueva certificación” encargada a la consultora Ryder Scott y evitar que “los clientes, los reguladores, las empresas se muevan con una absoluta incertidumbre a mediano y largo plazo”.
La incertidumbre puede frenar aún más las inversiones en el sector.
Señaló que si el Gobierno asume que hay un problema, entonces se tendrá que reconocer que la caída de las reservas es resultado de “la falta de inversiones, la falta de desarrollo exploratorio” y de un “estricto marco jurídico que se ha creado”.
Del Granado explicó que la cuantificación y certificación de reservas de gas natural “tiene la misma importancia que saber cuáles son los ingresos de un presupuesto familiar” y agregó que “si uno no sabe cuánto tiene d e ingresos, no sabe cuánto puede gastar”.
Añadió que es necesario saber que se cuenta con volúmenes de gas natural superiores a los compromisos porque de lo contrario, si se asignan volúmenes superiores a lo que realmente se tiene, entonces habrá problemas en el rubro.Exploración
Para que Bolivia pueda impulsar su industria petroquímica y mantenerse como uno de los países más importantes del cono sur en reservas de gas deberá explorar hasta 2020 al menos 65 pozos, dijo el analista Carlos Miranda en un seminario sobre la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos realizado el viernes pasado en La Paz.
Indicó que el número de pozos sube a 69 si se incluye el cumplimiento de la provisión de gas para el proyecto del yacimiento de hierro de El Mutún.
Miranda señaló que Bolivia, si desea desarrollar la industria petroquímica, por su condición mediterránea, la lejanía a las costas marítimas y el reducido mercado interno requiere disponibilidad de gas natural se co en cantidades importantes a precios competitivos y por plazos supe riores a los 20 años.
Un informe preliminar difundido sobre la cantidad de reservas probadas de gas, calculadas por Ryder Scott, indica que el país cuenta con unos 8,3 TCF (Trillion Cubic Feet por su sigla en inglés) de reservas probadas de gas que sólo permitirían cumplir los contratos de exportación y los requerimientos del mercado interno hasta 2020.
La incertidumbre puede frenar aún más las inversiones en el sector.
Señaló que si el Gobierno asume que hay un problema, entonces se tendrá que reconocer que la caída de las reservas es resultado de “la falta de inversiones, la falta de desarrollo exploratorio” y de un “estricto marco jurídico que se ha creado”.
Del Granado explicó que la cuantificación y certificación de reservas de gas natural “tiene la misma importancia que saber cuáles son los ingresos de un presupuesto familiar” y agregó que “si uno no sabe cuánto tiene d e ingresos, no sabe cuánto puede gastar”.
Añadió que es necesario saber que se cuenta con volúmenes de gas natural superiores a los compromisos porque de lo contrario, si se asignan volúmenes superiores a lo que realmente se tiene, entonces habrá problemas en el rubro.Exploración
Para que Bolivia pueda impulsar su industria petroquímica y mantenerse como uno de los países más importantes del cono sur en reservas de gas deberá explorar hasta 2020 al menos 65 pozos, dijo el analista Carlos Miranda en un seminario sobre la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos realizado el viernes pasado en La Paz.
Indicó que el número de pozos sube a 69 si se incluye el cumplimiento de la provisión de gas para el proyecto del yacimiento de hierro de El Mutún.
Miranda señaló que Bolivia, si desea desarrollar la industria petroquímica, por su condición mediterránea, la lejanía a las costas marítimas y el reducido mercado interno requiere disponibilidad de gas natural se co en cantidades importantes a precios competitivos y por plazos supe riores a los 20 años.
Un informe preliminar difundido sobre la cantidad de reservas probadas de gas, calculadas por Ryder Scott, indica que el país cuenta con unos 8,3 TCF (Trillion Cubic Feet por su sigla en inglés) de reservas probadas de gas que sólo permitirían cumplir los contratos de exportación y los requerimientos del mercado interno hasta 2020.
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