En las últimas horas, ejecutivos de Emapa regional Cochabamba y la Federación de Panificadores de Cochabamba (Fedepaco) resolvieron poner en vigencia un convenio mediante el cual los segundos recibirán un total de cuatro quintales de 46 kilos de harina por día y tres quintales de azúcar por mes para garantizar la elaboración de pan de batalla.
Se trata de implementar el mismo convenio suscrito con la Confederación de Panificadores de Bolivia en procura de garantizar el peso, la calidad y el precio del pan de batalla a razón de 0,40 y 0,50 bolivianos en los hornos y en los puestos de venta al público respectivamente, informó el gerente general de Emapa, Renán Álvarez.
Aseguró que en los almacenes de Emapa existe la cantidad suficiente de ambos insumos para atender sin problemas la provisión a la totalidad de los panificadores afiliados a la Fedepaco que cumplan con los requerimientos del caso como la licencia de funcionamiento emitida por la Alcaldía y el depósito bancar io por el valor del producto adquirido.
Recalcó que el kilo de azúcar de Emapa se venderá a 5,30 bolivianos, mientras que el quintal de 46 kilos de harina a 145 bolivianos.
“Sin embargo, la implementación del acuerdo está confrontando una dificultad: hasta ahora no tenemos los códigos ni los números de las cuentas bancarias para hacer los respectivos depósitos y recojo de los productos. Creo que hasta el fin de semana estará resuelta esta dificultad”, comentó Freddy Cuentas, presidente de la Fedepaco.
Respecto a la calidad de la harina de Emapa, el presidente de la Fedepaco informó que no se obtienen los mismos resultados que con un producto importado, razón por la que muchos panaderos optan por mezclar insumos para obtener un buen producto.
Cuentas informó que debido a la calidad de la harina de Emapa, apenas un 50 por ciento de los 450 afiliados a la Fedepaco aceptó ingresar al programa, y aseguró que la dirigencia sindical negociará que la totalida d de sus afiliados reciba el cupo de azúcar, considerando que el quin tal del mismo en el mercado local está bordeando los 430 bolivianos, “si se encuentra”.
Refirió que cuatro quintales de harina al día y tres de azúcar representa un apoyo a la producción de pan de batalla, considerando que los 450 panificadores requieren 6 mil quintales día de harina.
Se trata de implementar el mismo convenio suscrito con la Confederación de Panificadores de Bolivia en procura de garantizar el peso, la calidad y el precio del pan de batalla a razón de 0,40 y 0,50 bolivianos en los hornos y en los puestos de venta al público respectivamente, informó el gerente general de Emapa, Renán Álvarez.
Aseguró que en los almacenes de Emapa existe la cantidad suficiente de ambos insumos para atender sin problemas la provisión a la totalidad de los panificadores afiliados a la Fedepaco que cumplan con los requerimientos del caso como la licencia de funcionamiento emitida por la Alcaldía y el depósito bancar io por el valor del producto adquirido.
Recalcó que el kilo de azúcar de Emapa se venderá a 5,30 bolivianos, mientras que el quintal de 46 kilos de harina a 145 bolivianos.
“Sin embargo, la implementación del acuerdo está confrontando una dificultad: hasta ahora no tenemos los códigos ni los números de las cuentas bancarias para hacer los respectivos depósitos y recojo de los productos. Creo que hasta el fin de semana estará resuelta esta dificultad”, comentó Freddy Cuentas, presidente de la Fedepaco.
Respecto a la calidad de la harina de Emapa, el presidente de la Fedepaco informó que no se obtienen los mismos resultados que con un producto importado, razón por la que muchos panaderos optan por mezclar insumos para obtener un buen producto.
Cuentas informó que debido a la calidad de la harina de Emapa, apenas un 50 por ciento de los 450 afiliados a la Fedepaco aceptó ingresar al programa, y aseguró que la dirigencia sindical negociará que la totalida d de sus afiliados reciba el cupo de azúcar, considerando que el quin tal del mismo en el mercado local está bordeando los 430 bolivianos, “si se encuentra”.
Refirió que cuatro quintales de harina al día y tres de azúcar representa un apoyo a la producción de pan de batalla, considerando que los 450 panificadores requieren 6 mil quintales día de harina.
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