La Paz |La política social de los bonos a escolares, madres de familia, niños y ancianos comienza a presionar sobre el Tesoro General de la Nación (TGN), que exhibe un déficit por el gasto corriente en contraste con el superávit que anunció el presidente Evo Morales.
Estas dificultades de la principal fuente de recursos para soportar los gastos del sector público son interpretadas por la fundación Jubileo como uno de los factores que llevó al Gobierno a aplicar un “gasolinazo” en diciembre pasado. Pero el análisis de la organización va más allá y observa que la política económica sigue basada en el rentismo y el extractivismo de materias primas, dejando de lado el objetivo de convertir al país en productor. El especialista en presupuestos públicos de la fundación Jubileo, René Martínez Céspedes, señala que en la torta de la inversión pública de 2011, el capítulo de la transformación productiva y el turismo, sumados al desarrollo agropecuario, suman el 7 %, un pedazo chico frente al gran capítulo del transporte, que tiene un 33%. Martínez observa el peso de las obligaciones del TGN y el porcentaje asignado a la producción, y concluye que la gente no tiene el empleo productivo y la capacidad para soportar un “gasolinazo”. “¿Qué hemos hecho con los ingresos por los hidrocarburos? Según sus datos, en 2005 los ingresos por regalía hidrocarburífera e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) sumaban 4.672 millones de bolivianos.
Tras la nacionalización de los hidrocarburos, en 2006, el ingreso mejoró hasta Bs 8.489 millones y en 2008 alcanzó su cumbre con Bs 10.198 millones, aunque declinó en 2010 a Bs 8.876 millones, duplicando el nivel de 2005. otra presión, el pago del bono Juancito Pinto creció de 217 millones de bolivianos en 2006 a 31 millones de bolivianos en 2010, y se estima que a final de 2011 se pagará Bs 385 millones.
Por el bono Juana Azurduy se paga por año unos Bs 200 millones, mientras qu e el programa Evo Cumple eroga Bs 58 millones por año, y la Renta Di gnidad representa Bs 1.290 millones. A estos gastos se suman los salarios del sector público, a los trabajadores en salud, efectivos militares y la Policía boliviana.
Estas dificultades de la principal fuente de recursos para soportar los gastos del sector público son interpretadas por la fundación Jubileo como uno de los factores que llevó al Gobierno a aplicar un “gasolinazo” en diciembre pasado. Pero el análisis de la organización va más allá y observa que la política económica sigue basada en el rentismo y el extractivismo de materias primas, dejando de lado el objetivo de convertir al país en productor. El especialista en presupuestos públicos de la fundación Jubileo, René Martínez Céspedes, señala que en la torta de la inversión pública de 2011, el capítulo de la transformación productiva y el turismo, sumados al desarrollo agropecuario, suman el 7 %, un pedazo chico frente al gran capítulo del transporte, que tiene un 33%. Martínez observa el peso de las obligaciones del TGN y el porcentaje asignado a la producción, y concluye que la gente no tiene el empleo productivo y la capacidad para soportar un “gasolinazo”. “¿Qué hemos hecho con los ingresos por los hidrocarburos? Según sus datos, en 2005 los ingresos por regalía hidrocarburífera e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) sumaban 4.672 millones de bolivianos.
Tras la nacionalización de los hidrocarburos, en 2006, el ingreso mejoró hasta Bs 8.489 millones y en 2008 alcanzó su cumbre con Bs 10.198 millones, aunque declinó en 2010 a Bs 8.876 millones, duplicando el nivel de 2005. otra presión, el pago del bono Juancito Pinto creció de 217 millones de bolivianos en 2006 a 31 millones de bolivianos en 2010, y se estima que a final de 2011 se pagará Bs 385 millones.
Por el bono Juana Azurduy se paga por año unos Bs 200 millones, mientras qu e el programa Evo Cumple eroga Bs 58 millones por año, y la Renta Di gnidad representa Bs 1.290 millones. A estos gastos se suman los salarios del sector público, a los trabajadores en salud, efectivos militares y la Policía boliviana.
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