Los Tiempos y agenciasDespués de un 2010 en el que la mayoría de los países de la región apreció sus monedas ante la “guerra de divisas” entre los países desarrollados, que provocó en sus economías el ingreso de una gran cantidad de capitales extranjeros, precios altos de las materias primas y un dólar débil, este año las políticas cambiarias latinoamericanas toman otro rumbo.
Los bancos centrales han decidido entrar en la batalla para defender la competitividad de las exportaciones y toman medidas para devaluar las monedas nacionales, desde retirar dólares del mercado hasta regulaciones a la entrada de dinero.
En tanto, en Bolivia, el boliviano comenzó a apreciarse a fines de noviembre del año pasado y se prevé que su valor respecto al dólar siga subiendo.
Venezuela sorprendió a fines del año pasado con la decisión de eliminar la tasa de cambio preferencial de 2,6 bolívares por dólar que se aplicaba para la compra de alimentos y medicinas, una me dida considerada por analistas como una devaluación efectiva.
Ahora la tasa de cambio oficial es de 4,3 bolívares y de 5,3 bolívares para operaciones a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).
Los venezolanos temen que la medida impulse más la inflación, que en 2010 cerró en 27 por ciento, influyendo negativamente en la débil economía que podría colapsar.
Chile y Brasil
El Banco Central de Chile anunció el pasado el lunes su decisión de comprar divisas récord por 12.000 millones de dólares para este año, en un intento por moderar la fuerte apreciación del peso chileno, que a principios de este año llegó a niveles máximos en 32 meses.
Un día después del anuncio, el peso chileno retrocedió casi un 5 por ciento frente al dólar.
Otra moneda que soporta presiones es el real. Ante la apreciación récord de la divisa brasileña, que el lunes llegó a 1,65 por cada dólar, el nuevo Gobierno presidido por Dilma Rousseff anunció que a doptará duras medidas para frenar el proceso de sobrevaluación que af ecta la competitividad de la economía brasileña al encarecer los costos locales y el valor de las exportaciones.
En una acción inmediata, el Banco Central de Brasil anunció el jueves que decidió desincentivar las operaciones de cambio en las instituciones bancarias. La institución impuso un depósito compulsivo de 60 por ciento sobre las operaciones cambiarias que excedan los 3.000 millones de dólares y gravará únicamente la parte que supera ese valor.
En Perú, durante 2010 el Banco Central intervino en el mercado cambiario comprando divisas por un monto cercano a los 9.000 millones de dólares para limitar la apreciación del sol.
En Colombia, en septiembre del año pasado, el Banco Central retomó sus intervenciones en el mercado cambiario.
Exportadores en cuerda floja
Pese a que el porcentaje de apreciación de la moneda en Bolivia el año pasado ha sido de un 0,42 por ciento, muy por debajo de las cifras registrada en otros países, al ser una nación dependiente de las materias primas y de economía pequeña, sólo un centavo de descenso en la cotización del dólar quita competitividad a las exportaciones bolivianas.
Por eso, los exportadores han manifestado los riesgos que puede traer una apreciación sin control.
El economista Hugo Siles Espada explicó a La Prensa que Bolivia tiene un margen de apreciación de su moneda local, a diferencia de sus vecinos que alcanzaron los límites. La política cambiaria debe orientarse a un tipo de cambio real de largo plazo que no perjudique a importadores y exportadores, afirmó.
Los bancos centrales han decidido entrar en la batalla para defender la competitividad de las exportaciones y toman medidas para devaluar las monedas nacionales, desde retirar dólares del mercado hasta regulaciones a la entrada de dinero.
En tanto, en Bolivia, el boliviano comenzó a apreciarse a fines de noviembre del año pasado y se prevé que su valor respecto al dólar siga subiendo.
Venezuela sorprendió a fines del año pasado con la decisión de eliminar la tasa de cambio preferencial de 2,6 bolívares por dólar que se aplicaba para la compra de alimentos y medicinas, una me dida considerada por analistas como una devaluación efectiva.
Ahora la tasa de cambio oficial es de 4,3 bolívares y de 5,3 bolívares para operaciones a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).
Los venezolanos temen que la medida impulse más la inflación, que en 2010 cerró en 27 por ciento, influyendo negativamente en la débil economía que podría colapsar.
Chile y Brasil
El Banco Central de Chile anunció el pasado el lunes su decisión de comprar divisas récord por 12.000 millones de dólares para este año, en un intento por moderar la fuerte apreciación del peso chileno, que a principios de este año llegó a niveles máximos en 32 meses.
Un día después del anuncio, el peso chileno retrocedió casi un 5 por ciento frente al dólar.
Otra moneda que soporta presiones es el real. Ante la apreciación récord de la divisa brasileña, que el lunes llegó a 1,65 por cada dólar, el nuevo Gobierno presidido por Dilma Rousseff anunció que a doptará duras medidas para frenar el proceso de sobrevaluación que af ecta la competitividad de la economía brasileña al encarecer los costos locales y el valor de las exportaciones.
En una acción inmediata, el Banco Central de Brasil anunció el jueves que decidió desincentivar las operaciones de cambio en las instituciones bancarias. La institución impuso un depósito compulsivo de 60 por ciento sobre las operaciones cambiarias que excedan los 3.000 millones de dólares y gravará únicamente la parte que supera ese valor.
En Perú, durante 2010 el Banco Central intervino en el mercado cambiario comprando divisas por un monto cercano a los 9.000 millones de dólares para limitar la apreciación del sol.
En Colombia, en septiembre del año pasado, el Banco Central retomó sus intervenciones en el mercado cambiario.
Exportadores en cuerda floja
Pese a que el porcentaje de apreciación de la moneda en Bolivia el año pasado ha sido de un 0,42 por ciento, muy por debajo de las cifras registrada en otros países, al ser una nación dependiente de las materias primas y de economía pequeña, sólo un centavo de descenso en la cotización del dólar quita competitividad a las exportaciones bolivianas.
Por eso, los exportadores han manifestado los riesgos que puede traer una apreciación sin control.
El economista Hugo Siles Espada explicó a La Prensa que Bolivia tiene un margen de apreciación de su moneda local, a diferencia de sus vecinos que alcanzaron los límites. La política cambiaria debe orientarse a un tipo de cambio real de largo plazo que no perjudique a importadores y exportadores, afirmó.
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