Entre un 80 y 90 por ciento de las casas de cambio que operan a nivel nacional se verían obligadas a cerrar operaciones y despedir empleados si acaso el Gobierno aprueba el Impuesto a la Venta de Moneda Extranjera (IVME), debido a que dejarían de ser rentables y sufrirían la pérdida total de sus utilidades, según algunos propietarios de casas de cambio en Cochabamba.
Aunque casi nadie quiere opinar, los dueños y empleados de las casas de cambio Pretahit y Jireh, en esta ciudad, comentaron que actualmente con los dos puntos de diferencia de compra y venta de dólares las ganancias son mínimas, ya que los capitales que manejan no superan los 30 mil dólares en promedio.
“Yo le demuestro que por la venta de 100 dólares se llega a ganar apenas dos bolivianos y para cumplir con la alícuota (un pago proporcional), que dice el proyecto de ley, tendría que erogar 4,80 bolivianos, es decir, no hay utilidad alguna”, dijo Nancy Silvia Mendoza, propietaria de la casa de c ambio Pretahit, quien además dijo tener 20 años de experiencia como librecambista.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas, el IVME busca gravar con una alícuota de 0,7 por ciento la venta de moneda extranjera (dólares y otros) de entidades financieras bancarias, no bancarias y casas de cambio.
“Esta medida no sólo nos va a afectar a nosotros, sino también al público que compra y vende dólares, porque quieran o no, para obtener algún rédito, vamos a tener que rebajar el dólar”, dijo Fernando Maldonado, empleado de la casa Jireh, a tiempo de señalar que un impuesto de esta naturaleza no afectará en absoluto las operaciones de los bancos, que manejan capitales por encima de millones de dólares.
“En mi caso, para ganar 150 bolivianos tengo que vender 10 mil dólares. Estoy hablando de un punto y medio, porque compramos a 6,94 por decir y tenemos que vender a 6,95”, sostuvo. Agregó que haciendo sumas no obtendría recursos para cubrir servicios básicos, alquiler y alimentación de su familia.
Ambos cambistas co incidieron en pedir que el Gobierno reconsidere la aplicación de la norma. “Tendría que pensar dos, tres veces antes de aprobar semejante impuesto, que en la práctica cerrará muchas casas de cambio y dejará en la calle a más de mil empleados que trabajan actualmente en más de 350 casas en el país”, dijo Mendoza.
En el departamento de Cochabamba se estima que existen algo más de 25 casas de cambio (con dos o tres funcioanrios), de las cuales apenas cinco o seis están reguladas por la Autoridad de Supervisión de Entidades Financieras (ASFI).
Aunque casi nadie quiere opinar, los dueños y empleados de las casas de cambio Pretahit y Jireh, en esta ciudad, comentaron que actualmente con los dos puntos de diferencia de compra y venta de dólares las ganancias son mínimas, ya que los capitales que manejan no superan los 30 mil dólares en promedio.
“Yo le demuestro que por la venta de 100 dólares se llega a ganar apenas dos bolivianos y para cumplir con la alícuota (un pago proporcional), que dice el proyecto de ley, tendría que erogar 4,80 bolivianos, es decir, no hay utilidad alguna”, dijo Nancy Silvia Mendoza, propietaria de la casa de c ambio Pretahit, quien además dijo tener 20 años de experiencia como librecambista.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas, el IVME busca gravar con una alícuota de 0,7 por ciento la venta de moneda extranjera (dólares y otros) de entidades financieras bancarias, no bancarias y casas de cambio.
“Esta medida no sólo nos va a afectar a nosotros, sino también al público que compra y vende dólares, porque quieran o no, para obtener algún rédito, vamos a tener que rebajar el dólar”, dijo Fernando Maldonado, empleado de la casa Jireh, a tiempo de señalar que un impuesto de esta naturaleza no afectará en absoluto las operaciones de los bancos, que manejan capitales por encima de millones de dólares.
“En mi caso, para ganar 150 bolivianos tengo que vender 10 mil dólares. Estoy hablando de un punto y medio, porque compramos a 6,94 por decir y tenemos que vender a 6,95”, sostuvo. Agregó que haciendo sumas no obtendría recursos para cubrir servicios básicos, alquiler y alimentación de su familia.
Ambos cambistas co incidieron en pedir que el Gobierno reconsidere la aplicación de la norma. “Tendría que pensar dos, tres veces antes de aprobar semejante impuesto, que en la práctica cerrará muchas casas de cambio y dejará en la calle a más de mil empleados que trabajan actualmente en más de 350 casas en el país”, dijo Mendoza.
En el departamento de Cochabamba se estima que existen algo más de 25 casas de cambio (con dos o tres funcioanrios), de las cuales apenas cinco o seis están reguladas por la Autoridad de Supervisión de Entidades Financieras (ASFI).
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