La delegación sueca, cuyo Gobierno apoya al programa Baba Carapa con 8 millones de dólares, visitó esta semana los proyectos Confor y algunas de las comunidades participantes Se lleva una buena impresión de todo lo hecho, y solicita que el Gobierno apoye más estos programas.“Es un programa que tiene muchos beneficios para crear empleo, ingresos, pero también está el aporte ambiental y un fuerte componente para frenar el cambio climático, como es la captura del carbono”, evaluó la embajadora del Cambio Climático de Suecia, Anna Lindstedt.
“El programa no sólo ayuda a mejorar las condiciones del planeta, sino también a generar ingresos y reducir la pobreza. Es una situación en la que todos ganan”, opinó por su parte la encargada de Negocios de Suecia, Ann Stödberg.
La visita de la Embajadora contribuirá, además, a definir los sitios en los que Suecia seguirá apoyando durante los próximos cinco años, para lo cual, la visita incluía encuentro s con personalidades de Gobierno, para los que también había críticas.
“Hay pocos cooperantes que trabajan en el área (bosques) en Bolivia, y el Gobierno tampoco le da la importancia que nosotros consideramos necesaria. El Gobierno le da mucha importancia al agua, pero sin bosques no hay agua”, consideró Stödberg.
La Cooperación Sueca en Bolivia lleva los últimos 25 años enfocada en la adaptación al cambio climático y Baba Carapa es un programa emblemático por combinar todas las condiciones mencionadas. “Baba Carapa ayuda no sólo a la adaptación, sino también a la mitigación de efectos, como es el secuestro del carbono. Eso le da más valor al programa”, concluyó Lindstedt.
“El Gobierno sueco valora bien los programas en recursos naturales y seguramente va a querer que esto continúe”, añadió Stödberg.
Suecia colabora anualmente a Bolivia con 250 millones de coronas, una cifra similar en bolivianos.
Al margen de Baba Carapa, l a Cooperación Sueca colabora en proyectos de agua en lo que se refier e a su provisión como consumo humano (especialmente en barrios marginales) y para riego. Para Cochabamba, resalta el programa Mi Agua, que es ejecutado juntamente con la Unión Europea y el Gobierno central.
“El programa no sólo ayuda a mejorar las condiciones del planeta, sino también a generar ingresos y reducir la pobreza. Es una situación en la que todos ganan”, opinó por su parte la encargada de Negocios de Suecia, Ann Stödberg.
La visita de la Embajadora contribuirá, además, a definir los sitios en los que Suecia seguirá apoyando durante los próximos cinco años, para lo cual, la visita incluía encuentro s con personalidades de Gobierno, para los que también había críticas.
“Hay pocos cooperantes que trabajan en el área (bosques) en Bolivia, y el Gobierno tampoco le da la importancia que nosotros consideramos necesaria. El Gobierno le da mucha importancia al agua, pero sin bosques no hay agua”, consideró Stödberg.
La Cooperación Sueca en Bolivia lleva los últimos 25 años enfocada en la adaptación al cambio climático y Baba Carapa es un programa emblemático por combinar todas las condiciones mencionadas. “Baba Carapa ayuda no sólo a la adaptación, sino también a la mitigación de efectos, como es el secuestro del carbono. Eso le da más valor al programa”, concluyó Lindstedt.
“El Gobierno sueco valora bien los programas en recursos naturales y seguramente va a querer que esto continúe”, añadió Stödberg.
Suecia colabora anualmente a Bolivia con 250 millones de coronas, una cifra similar en bolivianos.
Al margen de Baba Carapa, l a Cooperación Sueca colabora en proyectos de agua en lo que se refier e a su provisión como consumo humano (especialmente en barrios marginales) y para riego. Para Cochabamba, resalta el programa Mi Agua, que es ejecutado juntamente con la Unión Europea y el Gobierno central.
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