Con capacidad instalada para transformar aproximadamente 22 toneladas por mes de haba seca en harina de las variedades integral, tostada y compuesta para la elaboración de alimentos con alto valor nutritivo, la planta transformadora de productos agrícolas Habas de Bolivia (Habol) ajusta maquinaria para iniciar operaciones a mediados de agosto.
La planta industrial, ubicada entre los municipios de Vinto y Sipe Sipe del Valle Bajo, fue instalada y equipada mancomunadamente por la Asociación de Productores del Valle y la fundación Centro de Educación Rural (CER), sobre una superficie de 500 metros cuadrados en la localidad de Mallko Rancho.
La inversión aproximada es de 10 mil dólares sólo en maquinaria, donación a fondo perdido de la agencia de cooperación Manos Unidas en beneficio exclusivo de la región.
Específicamente, la planta tiene capacidad de producir aproximadamente 12 toneladas de harina integral, una tonelada de harina tostada y nueve toneladas de harina com puesta (un 70 por ciento mezclada con harina de maíz o trigo), según estimaciones técnicas.
Los promotores proyectan que un 60 por ciento de la producción total podría formar parte del desayuno escolar en los municipios del valle bajo y el 40 por ciento restante estaría destinado a cubrir los requerimientos de la industria nacional de alimentos.
“La primera producción experimental de 10 quintales de las tres harinas se dio para la Feria Internacional de Cochabamba, donde tuvo bastante acogida del público y empresas de nuestro medio por su alto valor nutritivo y facilidad en la preparación de alimentos”, comentó Alejandro Navia, miembro del equipo de producción de la fundación CER. Características
Con la harina integral de haba se puede preparar sopas y purés; con la harina tostada batidos y jugos nutricionales de frutas; y con la compuesta todo tipo de repostería, tortas, empanadas, galletas, panes y queques más nutritivos, explicó José María Mon tes, vicepresidente de Habol.
Agregó que el proyecto global financ ia otros subprogramas como capacitación en producción agrícola, perforación de pozos, asistencia técnica en extensión de sistemas de riego y dotación de cañería de cuatro pulgadas, industrialización de harina de haba y la organización de base. El plan debe ser ejecutado durante el período 2007-2011.
Las aproximadamente 1.200 familias que conforman Habol cuentan actualmente con 52 hectáreas sembradas de haba en 22 comunidades campesinas pertenecientes a la jurisdicción de los municipios de Sipe Sipe y Vinto.
Con la cosecha de verano estiman entregar hasta fin de año entre 220 y 250 toneladas de la leguminosa para la venta directa y la transformación en la planta de Mallko Rancho.
Considerando la potencialidad productiva de la región, Habol proyecta alcanzar 80 hectáreas del cultivo en los próximos dos años.
“Con asistencia técnica y capacitación agrícola que estamos recibiendo del CER desde hace cuatro años, pensamos aumentar en dos hasta tres hectáreas nuest ros cultivos el próximo año para también aumentar nuestras entregas a la planta Habol”, dijo el vicepresidente de la fábrica.
Buscan
mercados en Europa y otros países
Técnicos de la fundación CER estiman concluir a mediados de agosto una serie de estudios y sondeos de mercado para exportar a partir del segundo semestre del próximo año un promedio mensual de entre cinco y seis toneladas de harina de haba a Europa, inicialmente.
En las ruedas de negocios de las ferias internacionales de Cochabamba y Santa Cruz, los productores tomaron contacto con importadores de varios países que estarían interesados en adquirir las tres variedades de harina de haba que proyecta transformar la planta de Habol.
“Hay bastante demanda de Europa, particularmente en España y Alemania e incluso de Japón y Perú. Lo que tenemos que hacer es perfeccionar nuestro proceso productivo, porque las condiciones de calidad son muy exigentes”, dijeron los representantes de CER .
Simultáneamente, la fundación CER presta asistenta técnica a los comunarios en sistemas de riego, administración autogestionaria, contabilidad, comercialización y búsqueda de mercados con la perspectiva de crear un verdadero polo de desarrollo en las comunidades campesinas de Vinto y Sipe Sipe, en el Valle Bajo.
“Estamos capacitando en suscripción de contratos de compra con alcaldías, empresas exportadoras, distribuidoras nacionales; pero también en la promoción del producto en ferias populares y especializadas, ruedas de negocios y otras actividades tendentes a consolidar su emprendimiento industrial”, comentaron.
La planta industrial, ubicada entre los municipios de Vinto y Sipe Sipe del Valle Bajo, fue instalada y equipada mancomunadamente por la Asociación de Productores del Valle y la fundación Centro de Educación Rural (CER), sobre una superficie de 500 metros cuadrados en la localidad de Mallko Rancho.
La inversión aproximada es de 10 mil dólares sólo en maquinaria, donación a fondo perdido de la agencia de cooperación Manos Unidas en beneficio exclusivo de la región.
Específicamente, la planta tiene capacidad de producir aproximadamente 12 toneladas de harina integral, una tonelada de harina tostada y nueve toneladas de harina com puesta (un 70 por ciento mezclada con harina de maíz o trigo), según estimaciones técnicas.
Los promotores proyectan que un 60 por ciento de la producción total podría formar parte del desayuno escolar en los municipios del valle bajo y el 40 por ciento restante estaría destinado a cubrir los requerimientos de la industria nacional de alimentos.
“La primera producción experimental de 10 quintales de las tres harinas se dio para la Feria Internacional de Cochabamba, donde tuvo bastante acogida del público y empresas de nuestro medio por su alto valor nutritivo y facilidad en la preparación de alimentos”, comentó Alejandro Navia, miembro del equipo de producción de la fundación CER. Características
Con la harina integral de haba se puede preparar sopas y purés; con la harina tostada batidos y jugos nutricionales de frutas; y con la compuesta todo tipo de repostería, tortas, empanadas, galletas, panes y queques más nutritivos, explicó José María Mon tes, vicepresidente de Habol.
Agregó que el proyecto global financ ia otros subprogramas como capacitación en producción agrícola, perforación de pozos, asistencia técnica en extensión de sistemas de riego y dotación de cañería de cuatro pulgadas, industrialización de harina de haba y la organización de base. El plan debe ser ejecutado durante el período 2007-2011.
Las aproximadamente 1.200 familias que conforman Habol cuentan actualmente con 52 hectáreas sembradas de haba en 22 comunidades campesinas pertenecientes a la jurisdicción de los municipios de Sipe Sipe y Vinto.
Con la cosecha de verano estiman entregar hasta fin de año entre 220 y 250 toneladas de la leguminosa para la venta directa y la transformación en la planta de Mallko Rancho.
Considerando la potencialidad productiva de la región, Habol proyecta alcanzar 80 hectáreas del cultivo en los próximos dos años.
“Con asistencia técnica y capacitación agrícola que estamos recibiendo del CER desde hace cuatro años, pensamos aumentar en dos hasta tres hectáreas nuest ros cultivos el próximo año para también aumentar nuestras entregas a la planta Habol”, dijo el vicepresidente de la fábrica.
Buscan
mercados en Europa y otros países
Técnicos de la fundación CER estiman concluir a mediados de agosto una serie de estudios y sondeos de mercado para exportar a partir del segundo semestre del próximo año un promedio mensual de entre cinco y seis toneladas de harina de haba a Europa, inicialmente.
En las ruedas de negocios de las ferias internacionales de Cochabamba y Santa Cruz, los productores tomaron contacto con importadores de varios países que estarían interesados en adquirir las tres variedades de harina de haba que proyecta transformar la planta de Habol.
“Hay bastante demanda de Europa, particularmente en España y Alemania e incluso de Japón y Perú. Lo que tenemos que hacer es perfeccionar nuestro proceso productivo, porque las condiciones de calidad son muy exigentes”, dijeron los representantes de CER .
Simultáneamente, la fundación CER presta asistenta técnica a los comunarios en sistemas de riego, administración autogestionaria, contabilidad, comercialización y búsqueda de mercados con la perspectiva de crear un verdadero polo de desarrollo en las comunidades campesinas de Vinto y Sipe Sipe, en el Valle Bajo.
“Estamos capacitando en suscripción de contratos de compra con alcaldías, empresas exportadoras, distribuidoras nacionales; pero también en la promoción del producto en ferias populares y especializadas, ruedas de negocios y otras actividades tendentes a consolidar su emprendimiento industrial”, comentaron.
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