Los nuevos descubrimientos en el sector de hidrocarburos en el mundo y la región ponen contra la pared a Bolivia que debe ejecutar inversiones con urgencia para que en cinco a 10 años su gas siga siendo protagonista en un nuevo contexto.
Especialistas del rubro coincidieron en que el gas no convencional (shale gas y tight gas) hallado en Argentina y el presol brasileño se perfilan como futuras fuentes de energía de Latinoamérica, mientras que el gas boliviano, aunque aún tiene ventajas, puede quedarse atrás.
Eric Eyberg, consultor de Gestión en Gas de Wood Mackenzie para América, explicó que en 2000 los países de Latinoamérica apostaban por la integración energética y en 10 años están en vía contraria y buscaron independencia con el Gas Natural Licuado (GNL), otro competidor del gas de Bolivia, pero con futuro incierto por su alto precio.
Indicó que aunque actualmente parece que la oferta de gas es conservadora, la proyección es que Brasil y Argentina llegarán a sob recapacidad de producción.
Para Eyberg, el gas convencional de Bolivia tiene ventajas, como el bajo riesgo geológico, pero sólo si invierte para hallar reservas y resolver el problema del desarrollo de infraestructura de transporte seguirá compitiendo.
Agregó que el mercado doméstico no es incentivo para invertir, por los precios subvencionados, y que la planta de acería de El Mutún se perfila como fuente de demanda interesante.
Robert Fryklund, vicepresidente de la organización Cambridge Energy Research Associate Estados Unidos, destacó durante su exposición que el gas no convencional, o el shale gas, es “la roca que cambia el juego” del negocio del gas en América.
Explicó que aunque el desarrollo de la infraestructura, que demanda millonarias inversiones, es un reto para los países que tienen reservas de este tipo de hidrocarburos, al parecer podría competir con el GNL.
Eyberg indicó que, de hecho, Estados Unidos –país líder en explotación de shale gas—pasó de importar en 2007 unos 20 millones de metro s cúbicos de GNL al día MMmcd a este año ser exportador de gas no convencional.
Fryklund indicó que Bolivia podría ser también exportador de este gas, pero Eyberg explicó que se calcula que el país tendría entre 60 y 300 TCF (Trillion Cubic Feet o billones de pies cúbicos) “tiene bastante gas convencional y tiene un costo tan grande desarrollar el gas no convencional que no será el primero en ser desarrollado en los próximos cinco años”.
Especialistas del rubro coincidieron en que el gas no convencional (shale gas y tight gas) hallado en Argentina y el presol brasileño se perfilan como futuras fuentes de energía de Latinoamérica, mientras que el gas boliviano, aunque aún tiene ventajas, puede quedarse atrás.
Eric Eyberg, consultor de Gestión en Gas de Wood Mackenzie para América, explicó que en 2000 los países de Latinoamérica apostaban por la integración energética y en 10 años están en vía contraria y buscaron independencia con el Gas Natural Licuado (GNL), otro competidor del gas de Bolivia, pero con futuro incierto por su alto precio.
Indicó que aunque actualmente parece que la oferta de gas es conservadora, la proyección es que Brasil y Argentina llegarán a sob recapacidad de producción.
Para Eyberg, el gas convencional de Bolivia tiene ventajas, como el bajo riesgo geológico, pero sólo si invierte para hallar reservas y resolver el problema del desarrollo de infraestructura de transporte seguirá compitiendo.
Agregó que el mercado doméstico no es incentivo para invertir, por los precios subvencionados, y que la planta de acería de El Mutún se perfila como fuente de demanda interesante.
Robert Fryklund, vicepresidente de la organización Cambridge Energy Research Associate Estados Unidos, destacó durante su exposición que el gas no convencional, o el shale gas, es “la roca que cambia el juego” del negocio del gas en América.
Explicó que aunque el desarrollo de la infraestructura, que demanda millonarias inversiones, es un reto para los países que tienen reservas de este tipo de hidrocarburos, al parecer podría competir con el GNL.
Eyberg indicó que, de hecho, Estados Unidos –país líder en explotación de shale gas—pasó de importar en 2007 unos 20 millones de metro s cúbicos de GNL al día MMmcd a este año ser exportador de gas no convencional.
Fryklund indicó que Bolivia podría ser también exportador de este gas, pero Eyberg explicó que se calcula que el país tendría entre 60 y 300 TCF (Trillion Cubic Feet o billones de pies cúbicos) “tiene bastante gas convencional y tiene un costo tan grande desarrollar el gas no convencional que no será el primero en ser desarrollado en los próximos cinco años”.
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