La inversión privada en Bolivia vive un momento de crisis de la que los empresarios no ven salida.
Hace algunos días, la Fundación Milenio alertó sobre la fuerte caída de la inversión extranjera –que alcanzó solamente 156 millones de dólares en el primer trimestre frente a 245 millones de en el primer trimestre de 2009: un 36 por ciento menos– y de la inversión privada nacional –que aunque no existen datos disponibles registraría un porcentaje similar–.
Los empresarios dicen que las causas son la inseguridad jurídica, la incertidumbre sobre el abastecimiento de energía y la desconfianza ante la aprobación de leyes, como la de Pensiones y Código del Trabajo, que tal como están planteadas desincentivarán aún más la actividad privada.
“No hay inversión y eso lo vemos claramente en cómo la producción no está pudiendo satisfacer la gran demanda interna que hay. Producto de esto es el incremento de precios en muchos productos”, dice el p residente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Carlos Flores.
Indica que pese a algunos acercamientos con el Gobierno y a las promesas de éste de garantizar la seguridad jurídica y crear buenas condiciones para los empresarios, nada se ha cumplido.
El analista y director ejecutivo de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, señala que los empresarios tienen desconfianza generada además por un doble discurso gubernamental.
“En varias oportunidades, mientras el ministro (Luis) Arce (de Economía y Finanzas) estaba en el exterior vendiendo una buena imagen del país, aquí se estaba estatizando. Entonces, ese tipo de contradicciones, ese tipo de doble discurso lastiman el clima para la inversión y en consecuencia la inversión privada nacional se ha retraído fuertemente”, apunta.
Pacheco señala que la inversión nacional prefiere irse a un sector seguro que es la construcción que, aunque genera empleo, no crea capacid ad productiva, sino simplemente bienes inmuebles.
Flores explica q ue en el caso la inversión pública que el Gobierno destaca haber ejecutado –unos 2.400 millones de dólares— no es eficiente.
“Es verdad, hay una fuerte inversión pública, pero con inversión pública de 2.500 millones de dólares el crecimiento del PIB ha sido de 3,3 por ciento en el primer trimestre de este año. En el pasado, con una inversión pública de 500 millones el PIB creció a un nivel de 4,4 por ciento”, dice.Gas en duda
Otro de los factores importantes por los que la empresa privada nacional prefiere invertir lo suficiente y no crecer por la incertidumbre sobre si a un mediano plazo el Gobierno podrá cumplir con la provisión de gas natural para la industria. Esto pasa, por ejemplo, con la industria cementera que no puede construir nueva infraestructura en el corto plazo y soporta una demanda que ha rebasado la oferta.
“Ha estado fallando la provisión de gas natural debido a la tendencia declinante de la producción de este r ecurso energético debido a la caída de la inversión en el sector petrolero”, señala Pacheco.
Añade que si no se hubiera deteriorado el clima de inversión en Bolivia, no sólo el abastecimiento en el mercado interno estaría garantizado. “Seguramente estaríamos exportando gas natural a México, que es lo que hace Perú… ese proyecto era boliviano”, agrega.
El presidente de la Cámara Departamental de Industria (CDI), Eduardo Czermak, indica que la seguridad energética, para cualquier industria, es vital.
“Si no existe energía asegurada, difícilmente se van a hacer las inversiones”, apunta.
Hace algunos días, la Fundación Milenio alertó sobre la fuerte caída de la inversión extranjera –que alcanzó solamente 156 millones de dólares en el primer trimestre frente a 245 millones de en el primer trimestre de 2009: un 36 por ciento menos– y de la inversión privada nacional –que aunque no existen datos disponibles registraría un porcentaje similar–.
Los empresarios dicen que las causas son la inseguridad jurídica, la incertidumbre sobre el abastecimiento de energía y la desconfianza ante la aprobación de leyes, como la de Pensiones y Código del Trabajo, que tal como están planteadas desincentivarán aún más la actividad privada.
“No hay inversión y eso lo vemos claramente en cómo la producción no está pudiendo satisfacer la gran demanda interna que hay. Producto de esto es el incremento de precios en muchos productos”, dice el p residente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Carlos Flores.
Indica que pese a algunos acercamientos con el Gobierno y a las promesas de éste de garantizar la seguridad jurídica y crear buenas condiciones para los empresarios, nada se ha cumplido.
El analista y director ejecutivo de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, señala que los empresarios tienen desconfianza generada además por un doble discurso gubernamental.
“En varias oportunidades, mientras el ministro (Luis) Arce (de Economía y Finanzas) estaba en el exterior vendiendo una buena imagen del país, aquí se estaba estatizando. Entonces, ese tipo de contradicciones, ese tipo de doble discurso lastiman el clima para la inversión y en consecuencia la inversión privada nacional se ha retraído fuertemente”, apunta.
Pacheco señala que la inversión nacional prefiere irse a un sector seguro que es la construcción que, aunque genera empleo, no crea capacid ad productiva, sino simplemente bienes inmuebles.
Flores explica q ue en el caso la inversión pública que el Gobierno destaca haber ejecutado –unos 2.400 millones de dólares— no es eficiente.
“Es verdad, hay una fuerte inversión pública, pero con inversión pública de 2.500 millones de dólares el crecimiento del PIB ha sido de 3,3 por ciento en el primer trimestre de este año. En el pasado, con una inversión pública de 500 millones el PIB creció a un nivel de 4,4 por ciento”, dice.Gas en duda
Otro de los factores importantes por los que la empresa privada nacional prefiere invertir lo suficiente y no crecer por la incertidumbre sobre si a un mediano plazo el Gobierno podrá cumplir con la provisión de gas natural para la industria. Esto pasa, por ejemplo, con la industria cementera que no puede construir nueva infraestructura en el corto plazo y soporta una demanda que ha rebasado la oferta.
“Ha estado fallando la provisión de gas natural debido a la tendencia declinante de la producción de este r ecurso energético debido a la caída de la inversión en el sector petrolero”, señala Pacheco.
Añade que si no se hubiera deteriorado el clima de inversión en Bolivia, no sólo el abastecimiento en el mercado interno estaría garantizado. “Seguramente estaríamos exportando gas natural a México, que es lo que hace Perú… ese proyecto era boliviano”, agrega.
El presidente de la Cámara Departamental de Industria (CDI), Eduardo Czermak, indica que la seguridad energética, para cualquier industria, es vital.
“Si no existe energía asegurada, difícilmente se van a hacer las inversiones”, apunta.
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