El bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad fueron destacados ayer como ejemplos de una mejor distribución del ingreso estatal por el director de investigaciones socioeconómicas de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, Pablo Sanguinetti.
Sanguinetti llegó ayer a la ciudad de La Paz para presentar en un seminario el Reporte de Economía y Desarrollo (RED) , que este año trata el tema “Finanzas públicas para el desarrollo”.
Bolivia, junto a Argentina y México, fueron resaltados como países en los que el Estado distribuye el ingreso con inclusión social, pero aún falta fortalecer la conexión entre ingresos y gastos, dijo.
En una entrevista telefónica, Sanguinetti señaló que bonos como el Juancito Pinto en Bolivia, destinado a niños en edad escolar, ayuda a la familia a sostenerse y, además, condiciona a que los hijos vayan a la escuela, por tanto reduce el nivel de pobreza. Casos similares de distribución del ingreso estatal existen en Argentina o México , país que, según Sanguinetti, fue el pionero hace 10 ó 15 años.
Sin embargo, destacó que el porcentaje de distribución en relación al gasto público es aún reducido, pues en México y Bolivia ese porcentaje equivale a un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) y en Argentina al 0,4 por ciento (menos de medio punto).
Otro aspecto que se destaca es lo que se llama jubilaciones no aportativas, destinadas, por ejemplo, a población que tiene empleo informal, que, según datos de Sanguinetti, alcanza a 46 por ciento en la región. Son personas que no pueden tener un fondo de jubilación debido a la informalidad de su trabajo. Para ellas se crearon rentas como el Bonosol/Renta Dignidad.
En Argentina, el porcentaje de jubilaciones no contributivas corresponde al 1,8 por ciento del PIB y en Bolivia a 1,2 por ciento.
Salud y educación
Otro parámetro para medir la distribución equitativa e inclusiva del gasto público es la inversión en bienes y servicios públicos, como educa ción, salud y eninfraestructura, puesto que el Estado es el encargado de proveerlos y de garantizar el acceso. En este punto, el reporte señala que América Latina se caracteriza por un gasto promedio en salud más bajo que el de los países ricos, ya que gasta 7 por ciento del PIB, tres puntos por debajo del gasto en salud de las economías desarrolladas.
Sanguinetti llegó ayer a la ciudad de La Paz para presentar en un seminario el Reporte de Economía y Desarrollo (RED) , que este año trata el tema “Finanzas públicas para el desarrollo”.
Bolivia, junto a Argentina y México, fueron resaltados como países en los que el Estado distribuye el ingreso con inclusión social, pero aún falta fortalecer la conexión entre ingresos y gastos, dijo.
En una entrevista telefónica, Sanguinetti señaló que bonos como el Juancito Pinto en Bolivia, destinado a niños en edad escolar, ayuda a la familia a sostenerse y, además, condiciona a que los hijos vayan a la escuela, por tanto reduce el nivel de pobreza. Casos similares de distribución del ingreso estatal existen en Argentina o México , país que, según Sanguinetti, fue el pionero hace 10 ó 15 años.
Sin embargo, destacó que el porcentaje de distribución en relación al gasto público es aún reducido, pues en México y Bolivia ese porcentaje equivale a un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) y en Argentina al 0,4 por ciento (menos de medio punto).
Otro aspecto que se destaca es lo que se llama jubilaciones no aportativas, destinadas, por ejemplo, a población que tiene empleo informal, que, según datos de Sanguinetti, alcanza a 46 por ciento en la región. Son personas que no pueden tener un fondo de jubilación debido a la informalidad de su trabajo. Para ellas se crearon rentas como el Bonosol/Renta Dignidad.
En Argentina, el porcentaje de jubilaciones no contributivas corresponde al 1,8 por ciento del PIB y en Bolivia a 1,2 por ciento.
Salud y educación
Otro parámetro para medir la distribución equitativa e inclusiva del gasto público es la inversión en bienes y servicios públicos, como educa ción, salud y eninfraestructura, puesto que el Estado es el encargado de proveerlos y de garantizar el acceso. En este punto, el reporte señala que América Latina se caracteriza por un gasto promedio en salud más bajo que el de los países ricos, ya que gasta 7 por ciento del PIB, tres puntos por debajo del gasto en salud de las economías desarrolladas.
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