Ante el incremento de precios y escasez de la harina de soya solvente, un alimento para el ganado, los productores de leche de Cochabamba se declararon en estado de emergencia y exigen al Gobierno que haga cumplir los convenios de abastecimiento de ese insumo.
El presidente de la Federación de Productores Lecheros de Cochabamba (Feprolec), Germán Terán, señaló que hace 15 días, aproximadamente, el principal insumo alimenticio del ganado lechero de los valles alto y bajo de Cochabamba, se comercializaba al precio acordado de 322 dólares la tonelada, pero en la última semana, los productores lecheros se vieron obligados a adquirir el producto a 500 dólares la tonelada.
Debido a que se acordó con el Gobierno, mediante decreto, una banda de precios para la comercialización, tanto de leche cruda como de los insumos alimenticios para ganado lechero (cascarilla de soya, harina de soya solvente y harina de soya integral), el incremento de precio de harina de soya solvente en 178 dólares más por tonelada “afectará seriamente los costos de producción”, dijo.
En procura de atender los requerimientos de sus asociados, informó que la Feprolec logró que la empresa Gravetal entregue el producto al precio anterior, pero puesto en Puerto Quijarro, frontera con Brasil, razón por la que su precio en Cochabamba continúa siendo elevado en 30 por ciento debido a los costos de carguío y transporte.
“Las principales industrias aceiteras de Santa Cruz, por no decir todas (SAO y Rico), se han negado a vendernos más este producto porque, según ellos, ya han cumplido con su cupo asignado”, explicó el dirigente lechero.
Sin precisar cifras ni valores, el gerente de Distribución de Harinas de Industria de Aceites S.A. FINO, Juan Carlos Pérez, informó que esa aceitera entregó 25 a 30 por ciento más del cupo asignado por el Gobierno, no solamente al sector lechero, sino también al avícola y porcino que utilizan el insumo alimentico en s us procesos productivos.
Respecto a la desaparición del producto d el mercado local, Pérez dijo que desconoce lo que podría estar sucediendo con otras industrias aceiteras; pero FINO continúa vendiendo el insumo.
En criterio de Terán, “el Gobierno tiene que hacer cumplir la banda de precios establecida con todas las industrias aceiteras; caso contrario, nosotros tendríamos que revisar el precio de leche cruda a la industria láctea de Cochabamba, porque también han variado nuestros costos de producción con el incremento del precio de la tonelada de harina de soya solvente”.
El presidente de la Federación de Productores Lecheros de Cochabamba (Feprolec), Germán Terán, señaló que hace 15 días, aproximadamente, el principal insumo alimenticio del ganado lechero de los valles alto y bajo de Cochabamba, se comercializaba al precio acordado de 322 dólares la tonelada, pero en la última semana, los productores lecheros se vieron obligados a adquirir el producto a 500 dólares la tonelada.
Debido a que se acordó con el Gobierno, mediante decreto, una banda de precios para la comercialización, tanto de leche cruda como de los insumos alimenticios para ganado lechero (cascarilla de soya, harina de soya solvente y harina de soya integral), el incremento de precio de harina de soya solvente en 178 dólares más por tonelada “afectará seriamente los costos de producción”, dijo.
En procura de atender los requerimientos de sus asociados, informó que la Feprolec logró que la empresa Gravetal entregue el producto al precio anterior, pero puesto en Puerto Quijarro, frontera con Brasil, razón por la que su precio en Cochabamba continúa siendo elevado en 30 por ciento debido a los costos de carguío y transporte.
“Las principales industrias aceiteras de Santa Cruz, por no decir todas (SAO y Rico), se han negado a vendernos más este producto porque, según ellos, ya han cumplido con su cupo asignado”, explicó el dirigente lechero.
Sin precisar cifras ni valores, el gerente de Distribución de Harinas de Industria de Aceites S.A. FINO, Juan Carlos Pérez, informó que esa aceitera entregó 25 a 30 por ciento más del cupo asignado por el Gobierno, no solamente al sector lechero, sino también al avícola y porcino que utilizan el insumo alimentico en s us procesos productivos.
Respecto a la desaparición del producto d el mercado local, Pérez dijo que desconoce lo que podría estar sucediendo con otras industrias aceiteras; pero FINO continúa vendiendo el insumo.
En criterio de Terán, “el Gobierno tiene que hacer cumplir la banda de precios establecida con todas las industrias aceiteras; caso contrario, nosotros tendríamos que revisar el precio de leche cruda a la industria láctea de Cochabamba, porque también han variado nuestros costos de producción con el incremento del precio de la tonelada de harina de soya solvente”.
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