Cientos de hectáreas de maíz, papa, haba, duraznos y manzanas, que se encontraban en etapa de floración o germinación, fueron arrasadas entre el martes y sábado pasados por una helada de cuatro grados bajo cero, informó desde Cliza el director de Desarrollo Productivo y Presidente de la Plataforma Frutas de Valle, Humberto Vargas.
Vargas contó que el pasado martes por la mañana se recibió la primera alerta de la estación agro meteorológica del municipio de Cliza, que reportó un descenso brusco de la temperatura ambiente hasta un grado; el miércoles y jueves registró dos grados bajo cero; el viernes tres grados bajo cero y el sábado bajó a cuatro grados bajo cero, un fenómeno climático que según Vargas no tiene precedentes en la historia agropecuaria del valle alto.
“Algunos antiguos agricultores no recuerdan haber sufrido una helada cuatro grados bajo cero, en algunos lugares llegó a escarchar. Nosotros nos estábamos preparando para mediados y fines de octubre, qu e es cuando se registran algunos cambios climáticos como ventarrones y bajas temperaturas; pero nunca por debajo de los cuatro grados”, comentó.
Una evaluación preliminar de los daños a las plantaciones de durazno, que superan las 450 hectáreas en los municipios de Cliza, Arbieto, Tarata, Punata, Arani y Toco, da cuenta que un 20 por ciento “fueron quemadas por el frío”; así como un 70 por ciento de los manzanales sembrados de manera experimental en huertas y fincas familiares.
“Lo más grave. El 100 por ciento de más de 200 hectáreas de maíz, que estaban en etapa de maduración para su cosecha en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, han quedado totalmente destruidas, nada se puede recuperar, es pérdida total, no sabemos qué harán las familias afectadas”, sostuvo, añadiendo que un 50 a 60 por ciento de poco más de 20 hectáreas de haba, en plena etapa de producción, también fueron arrasadas por las bajas temperaturas.
Además, se estimaba co sechar algo más de 90 hectáreas de papa misk’a, una variedad &l dquo;tempranera”, pero se perdió casi 35 por ciento de la producción.
En las parcelas de papa y haba que lograron resistir las bajas temperaturas, los agricultores aplican programas de abono y fumigación “para que reaccionen las platas y completen el proceso de floración y producción”, dijo Vargas.
Señaló también que técnicos de los municipios del valle alto y de la Plataforma Frutas de Valle recorren las fincas, huertas y espacios abiertos de cultivos tradicionales de los cinco municipios para levantar información más precisa sobre los daños materiales y económicos causados por la helada, en la perspectiva de tener un informe final a mediados de la próxima semana.
Vargas contó que el pasado martes por la mañana se recibió la primera alerta de la estación agro meteorológica del municipio de Cliza, que reportó un descenso brusco de la temperatura ambiente hasta un grado; el miércoles y jueves registró dos grados bajo cero; el viernes tres grados bajo cero y el sábado bajó a cuatro grados bajo cero, un fenómeno climático que según Vargas no tiene precedentes en la historia agropecuaria del valle alto.
“Algunos antiguos agricultores no recuerdan haber sufrido una helada cuatro grados bajo cero, en algunos lugares llegó a escarchar. Nosotros nos estábamos preparando para mediados y fines de octubre, qu e es cuando se registran algunos cambios climáticos como ventarrones y bajas temperaturas; pero nunca por debajo de los cuatro grados”, comentó.
Una evaluación preliminar de los daños a las plantaciones de durazno, que superan las 450 hectáreas en los municipios de Cliza, Arbieto, Tarata, Punata, Arani y Toco, da cuenta que un 20 por ciento “fueron quemadas por el frío”; así como un 70 por ciento de los manzanales sembrados de manera experimental en huertas y fincas familiares.
“Lo más grave. El 100 por ciento de más de 200 hectáreas de maíz, que estaban en etapa de maduración para su cosecha en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, han quedado totalmente destruidas, nada se puede recuperar, es pérdida total, no sabemos qué harán las familias afectadas”, sostuvo, añadiendo que un 50 a 60 por ciento de poco más de 20 hectáreas de haba, en plena etapa de producción, también fueron arrasadas por las bajas temperaturas.
Además, se estimaba co sechar algo más de 90 hectáreas de papa misk’a, una variedad &l dquo;tempranera”, pero se perdió casi 35 por ciento de la producción.
En las parcelas de papa y haba que lograron resistir las bajas temperaturas, los agricultores aplican programas de abono y fumigación “para que reaccionen las platas y completen el proceso de floración y producción”, dijo Vargas.
Señaló también que técnicos de los municipios del valle alto y de la Plataforma Frutas de Valle recorren las fincas, huertas y espacios abiertos de cultivos tradicionales de los cinco municipios para levantar información más precisa sobre los daños materiales y económicos causados por la helada, en la perspectiva de tener un informe final a mediados de la próxima semana.
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