Contrabando de flores obliga a bajar precios

domingo, 30 de septiembre de 2012

 
Las rosas, claveles, liliums y crisantemos del valle cochabambino, envueltos en papel celofán, no pueden competir con sus similares ecuatorianos y colombianos, llegados de contrabando en atractivos empaques, con listones y etiquetas, que les dan un toque de distinción, frescura y calidad, lo que los vuelve los preferidos para el gusto del consumidor, aunque su precio sea mayor.
Los pequeños y medianos floricultores que producen en las laderas de la cordillera Tunari se han visto obligados a rebajar el precio de sus productos hasta en 25 por ciento, en busca de tener un precio competitivo frente a las flores que llegan de contrabando, cuenta la presidenta de la Federación Departamental de Floricultores de Cochabamba (Fedeflor), Florentina Arispe.
Los contrabandistas, que empezaron operar hace ocho años en Bolivia, “ahora están introduciendo al mercado de Cochabamba, e incluso al de Santa Cruz, vía aérea, cuatro variedades de flores. El paquete de 25 unidades d e rosas, supuestamente de primera calidad, por ejemplo, están vendiendo a 100 bolivianos obligándonos a rebajar nuestros precios de 80 hasta 60 bolivianos para no perder nuestra producción”, explica Arispe. Las mayores pérdidas se registran entre los meses de abril a agosto, una época considerada alta en el rubro.
Arispe admite que las flores de contrabando tienen buena presentación, están etiquetadas, aparentan tener frescura y buena calidad; pero hace notar que nadie sabe cuándo fueron cosechadas, ni en qué condiciones viajaron desde Colombia y Ecuador hasta Cochabamba, centro nacional de producción y distribución de flores. 
El vicepresidente de la Fedeflor, Marco Arancibia Guzmán,  lamenta que los consumidores prefieran pagar elevadas sumas por un producto extranjero, cuyas cualidades y condiciones fitosanitarias  están en duda porque no existe certificación alguna; en desmedro del producto nacional, que tiene toda la garantiza de calidad y sanidad vegetal.Comentó que este año, los contrabandistas de flores “se diero n el lujo” de llevar a Santa Cruz, vía aérea, grandes volúmenes de flores sin control de ninguna naturaleza de parte de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB).
Como “insuficiente y poco satisfactorio” calificó el trabajo del Control Operativo Aduanero (COA) y del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) en la lucha contra el contrabando de flores, que no solamente afecta la económica de los productores nacionales, sino también abre las puertas de la floricultura regional a plagas y enfermedades desconocidas en el medio.
En los municipios de Sipe Sipe, Vinto, Quillacollo, Tiquipaya, Cercado, Sacaba, Tiraque y Colomi,  alrededor de 1.500 familias de pequeños productores tienen como su principal actividad económica la producción de flores.
Agrupados en la Fedeflor, alrededor de 44 asociaciones cultivan flores en aproximadamente 55 hectáreas bajo invernadero y en 150 hectáreas a campo abierto. La producción de flores en C ochabamba genera alrededor de 2.500 empleos directos en la producción y más de 5 mil indirectos en la comercialización, según estadísticas de la Fedeflor. 
 

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