Tokio | El Banco de Japón (BOJ) anunció ayer que inyectará 85.848 millones de dólares para garantizar la estabilidad financiera del país tras el grave terremoto del viernes.
La autoridad monetaria central japonesa está dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para calmar a los mercados y asegurar la liquidez durante la mayor crisis desde la II Guerra Mundial, tal como la definió ayer el primer ministro nipón, Naoto Kan.
Esta nueva inyección de urgencia viene después de que el gobernador del BOJ, Masaaki Shirakawa, anunciase que la institución emisora japonesa proporcionaría "amplia liquidez" en el sistema bancario del país.
El Banco central de Japón señaló que ha inyectado 483 millones de dólares a 13 instituciones financieras del noreste del país.
Además, la institución emisora mantendrá hoy una reunión para estudiar los tipos de interés, que ha sido recortada a un solo día en lugar de los dos habituales debido al seísmo.
La entidad japonesa ya habí a avisado en días anteriores de que estaba dispuesta a apoyar a las instituciones financieras del área afectada por el temblor y por el posterior tsunami para que fuesen capaces de responder a las necesidades de retiradas de depósitos "de forma fluida".
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio bajaba hoy el 5 por ciento en la primera media hora de sesión, mientras el indicador Topix, que reúne a todos los valores de la primera sección, cedía casi el siete por ciento, en su primera jornada desde el seísmo.
La evolución de los mercados también será seguida de cerca por el Gobierno, que se ha comprometido a su vez a tomar medidas contra la especulación y a trabajar con el BOJ para afrontar el impacto financiero del seísmo de forma coordinada.
Naoto Kan pidió a las grandes empresas que limiten en la medida de lo posible el uso de electricidad, en un llamamiento al ahorro de energía que también se ha extendido a la población.
Los tres principales fabricantes de automóvil es, Toyota, Nissan y Honda, mantendrán hoy paralizada la producción e n todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas.
La industria del motor es un peso pesado en el músculo exportador nipón, que tiene también parte de su fuerza en sectores como el electrónico y tecnológico.
La autoridad monetaria central japonesa está dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para calmar a los mercados y asegurar la liquidez durante la mayor crisis desde la II Guerra Mundial, tal como la definió ayer el primer ministro nipón, Naoto Kan.
Esta nueva inyección de urgencia viene después de que el gobernador del BOJ, Masaaki Shirakawa, anunciase que la institución emisora japonesa proporcionaría "amplia liquidez" en el sistema bancario del país.
El Banco central de Japón señaló que ha inyectado 483 millones de dólares a 13 instituciones financieras del noreste del país.
Además, la institución emisora mantendrá hoy una reunión para estudiar los tipos de interés, que ha sido recortada a un solo día en lugar de los dos habituales debido al seísmo.
La entidad japonesa ya habí a avisado en días anteriores de que estaba dispuesta a apoyar a las instituciones financieras del área afectada por el temblor y por el posterior tsunami para que fuesen capaces de responder a las necesidades de retiradas de depósitos "de forma fluida".
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio bajaba hoy el 5 por ciento en la primera media hora de sesión, mientras el indicador Topix, que reúne a todos los valores de la primera sección, cedía casi el siete por ciento, en su primera jornada desde el seísmo.
La evolución de los mercados también será seguida de cerca por el Gobierno, que se ha comprometido a su vez a tomar medidas contra la especulación y a trabajar con el BOJ para afrontar el impacto financiero del seísmo de forma coordinada.
Naoto Kan pidió a las grandes empresas que limiten en la medida de lo posible el uso de electricidad, en un llamamiento al ahorro de energía que también se ha extendido a la población.
Los tres principales fabricantes de automóvil es, Toyota, Nissan y Honda, mantendrán hoy paralizada la producción e n todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas.
La industria del motor es un peso pesado en el músculo exportador nipón, que tiene también parte de su fuerza en sectores como el electrónico y tecnológico.
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