Nueva York | Wall Street encadenó tres días de caídas y vivió ayer su peor jornada de 2011, lastrada por la alerta nuclear en Japón, donde los intentos por controlar una fuga radiactiva no parecían abrir ni un resquicio a la esperanza.
Si el día del terremoto y posterior tsunami en Japón los inversores neoyorquinos no parecieron verse afectados por la grave crisis desatada en la tercera potencia mundial, ayer la catástrofe nuclear que podría producirse en el país asiático golpeaba con toda su fuerza al parqué neoyorquino.
Tanto el Dow Jones de Industriales, la principal referencia de la Bolsa de Nueva York, como el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, acabaron a sus niveles más bajos del año tras caer cerca de dos puntos porcentuales en los tres casos.
El Dow Jones vivió su peor día de 2011 al descender el 2,04 por ciento y cerrar en las 11.613,30 unidades, con lo que se afianzó por debajo de la importante barrera de los 12.000 puntos, que le había costado más de dos años y medio reconquistar.
Tras haber cerrado el martes con descensos superiores al punto porcentual, ayer se veía más estable, gracias a la subida del 5,68 por ciento con la que cerró ayer el índice Nikkei, después de que el martes la principal referencia de la Bolsa de Tokio bajara el 10,55 por ciento en la que supuso su tercera mayor caída de la historia.
Inyección económica
En ese avance del Nikkei tuvo que ver la nueva inyección de liquidez por 13,8 billones de yenes (170.000 millones de dólares) por parte del Banco de Japón (BOJ), en un intento por garantizar la estabilidad financiera del país tras el terremoto.
El alivio de inversores se vio anulado rápidamente por el deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima, gravemente dañada por el sismo y el tsunami que sacudieron Japón el pasado día 11.
El nuevo incendio en uno de los reactores de esa central siguió alimentando el temor a un desastre nuclear, sin q ue los desesperados intentos para controlar una fuga radiactiva abrie ran un resquicio a la esperanza.
Si el día del terremoto y posterior tsunami en Japón los inversores neoyorquinos no parecieron verse afectados por la grave crisis desatada en la tercera potencia mundial, ayer la catástrofe nuclear que podría producirse en el país asiático golpeaba con toda su fuerza al parqué neoyorquino.
Tanto el Dow Jones de Industriales, la principal referencia de la Bolsa de Nueva York, como el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, acabaron a sus niveles más bajos del año tras caer cerca de dos puntos porcentuales en los tres casos.
El Dow Jones vivió su peor día de 2011 al descender el 2,04 por ciento y cerrar en las 11.613,30 unidades, con lo que se afianzó por debajo de la importante barrera de los 12.000 puntos, que le había costado más de dos años y medio reconquistar.
Tras haber cerrado el martes con descensos superiores al punto porcentual, ayer se veía más estable, gracias a la subida del 5,68 por ciento con la que cerró ayer el índice Nikkei, después de que el martes la principal referencia de la Bolsa de Tokio bajara el 10,55 por ciento en la que supuso su tercera mayor caída de la historia.
Inyección económica
En ese avance del Nikkei tuvo que ver la nueva inyección de liquidez por 13,8 billones de yenes (170.000 millones de dólares) por parte del Banco de Japón (BOJ), en un intento por garantizar la estabilidad financiera del país tras el terremoto.
El alivio de inversores se vio anulado rápidamente por el deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima, gravemente dañada por el sismo y el tsunami que sacudieron Japón el pasado día 11.
El nuevo incendio en uno de los reactores de esa central siguió alimentando el temor a un desastre nuclear, sin q ue los desesperados intentos para controlar una fuga radiactiva abrie ran un resquicio a la esperanza.
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