Cochabamba es el departamento con más presas de agua en el país –115 de un total nacional de 287–, aunque su capacidad de embalse, superior a los 323 millones de metros cúbicos, es insuficiente para cubrir especialmente las necesidades de riego.
La información fue dada a conocer ayer en la presentación de la publicación “Inventario Nacional de Presas” elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente de Bolivia con el apoyo del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable (Proagro), la Asociación Boliviana de Ingeniería en Recursos Hídricos (Abirh) y la Cooperación Técnica Alemana (GTZ).
El informe indica que Corani y La Angostura son las represas con mayor capacidad de almacenamiento, 168 y 70 millones de metros cúbicos. A nivel nacional, las represas de La Cañada (Santa Cruz), San Jacinto y Caigua (Tarija) tienen la mayor altitud: 52, 46 y 32 metros.
El viceministro de Recurso Hídricos y Riego, Carlos Ortuño, dijo ayer, durante la presentació n de la publicación en la sede de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, que el documento permite conocer la capacidad de almacenamiento de agua, ubicación, estado de presas en el país, uso (la mayoría para riego), información base para definir políticas futuras.
La publicación señala que Cochabamba concentra la mayor cantidad de presas debido a las condiciones que ofrece la cordillera oriental y los valles interandinos y su uso es destinado principalmente a la agricultura. Sigue en importancia Potosí cuyas construcciones datan de la época colonial para abastecimiento de agua de consumo humano para la población minera. Capacidad
Las 287 represas en Bolivia almacenan 600 metros cúbicos de agua; el 64 por ciento es de pequeña dimensión con una altura menor a los 10 metros y están construidas con tierra compactada. “La gran cantidad de represas que tenemos son pequeñas con un bajo nivel de almacenamiento de agua, y auto gestionadas por los regantes y organiz aciones campesinas”, explicó el Viceministro.
El estudio rev ela también que el Estado no tiene potestad de administración de las represas ya que la distribución y el manejo de están en manos de los usuarios, según las necesidades que tienen.
El 67 por ciento de las estructuras se encuentran en funcionamiento pese a tener pequeñas filtraciones que a la larga representan pérdidas incalculables del recurso hídrico.
La información fue dada a conocer ayer en la presentación de la publicación “Inventario Nacional de Presas” elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente de Bolivia con el apoyo del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable (Proagro), la Asociación Boliviana de Ingeniería en Recursos Hídricos (Abirh) y la Cooperación Técnica Alemana (GTZ).
El informe indica que Corani y La Angostura son las represas con mayor capacidad de almacenamiento, 168 y 70 millones de metros cúbicos. A nivel nacional, las represas de La Cañada (Santa Cruz), San Jacinto y Caigua (Tarija) tienen la mayor altitud: 52, 46 y 32 metros.
El viceministro de Recurso Hídricos y Riego, Carlos Ortuño, dijo ayer, durante la presentació n de la publicación en la sede de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, que el documento permite conocer la capacidad de almacenamiento de agua, ubicación, estado de presas en el país, uso (la mayoría para riego), información base para definir políticas futuras.
La publicación señala que Cochabamba concentra la mayor cantidad de presas debido a las condiciones que ofrece la cordillera oriental y los valles interandinos y su uso es destinado principalmente a la agricultura. Sigue en importancia Potosí cuyas construcciones datan de la época colonial para abastecimiento de agua de consumo humano para la población minera. Capacidad
Las 287 represas en Bolivia almacenan 600 metros cúbicos de agua; el 64 por ciento es de pequeña dimensión con una altura menor a los 10 metros y están construidas con tierra compactada. “La gran cantidad de represas que tenemos son pequeñas con un bajo nivel de almacenamiento de agua, y auto gestionadas por los regantes y organiz aciones campesinas”, explicó el Viceministro.
El estudio rev ela también que el Estado no tiene potestad de administración de las represas ya que la distribución y el manejo de están en manos de los usuarios, según las necesidades que tienen.
El 67 por ciento de las estructuras se encuentran en funcionamiento pese a tener pequeñas filtraciones que a la larga representan pérdidas incalculables del recurso hídrico.
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