El científico y exviceministro de Ciencia y Tecnología Roger Carvajal dice que la ampliación en Bolivia del uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos afectará drásticamente el patrimonio genético nacional, la salud humana y el medio ambiente.
El especialista, que es doctor en ciencias biológicas e investigador, participó entre el jueves y ayer del primer Encuentro Nacional de Redes de Investigación e Innovación en la Casa Campestre, y conversó con Los Tiempos sobre la decisión gubernamental de avalar la utilización de los transgénicos en la agricultura boliviana.
- ¿Cuáles considera usted que serán los efectos de ampliar el uso de transgénicos en la producción de alimentos?
-Como investigador veo que Bolivia, al incorporar semilla transgénica, estará afectando drásticamente su patrimonio genético de varias especies alimenticias. Al introducir transgénicos estaríamos contaminando todas las variedades, todas las especies y ya no tendríamos posibi lidades de producción orgánica.
Los productos transgénicos afectan la salud porque no viene solo, sino con herbicidas que son tóxicas. Inclusive en datos de las mismas empresas que producen transgénicos, que han querido mostrar inocuidad en animales, se han encontrado evidencias que estaban mintiendo y que en realidad producen daños a nivel de riñón e hígado.- ¿Qué pasaría a nivel del medio ambiente?
- Los pesticidas que vienen con los transgénicos provocan severos daños en la flora, en la fauna, en las aves e insectos polinizadores. Entonces el daño ambiental es muy severo.
A nivel de producción, yo creo que el argumento que se está utilizando, por no sé quién, para convencer al Gobierno de que esto va a ser positivo, es completamente falso; porque se ha demostrado en Argentina que el rendimiento obtenido no es significativo y que, además, hay especies e híbridos generados en Bolivia que tienen mejor rendimiento que los transgénicos.
Las cuatro tonelada s por hectárea que se dice producir, podría llegarse a un poco más co n los maíces convencionales.
- ¿Cree usted que existe contradicciones en el Gobierno entre lo que dice y hace?
- Hay contradicción en el Gobierno y creo que la misma tiene que resolverse en algún momento, después que haberse promovido la Ley de la Madre Tierra, en el encuentro de Tiquipaya, y generado una posición a nivel mundial contra este tipo de cosas. Suena un poco raro que en Bolivia se plantee aquello, más todavía cuando gobiernos de tipo neoliberal como el actual Gobierno de Perú ha declarado moratoria de 10 años a los transgénicos. Chile que aceptó al principio esta retrocediendo y Brasil solamente admite para la soya.
-¿Por qué cree que el Gobierno ha cambiado su posición sobre el tema?
- Yo creo que es más un negocio que los agroindustriales quieren meter, porque al usar un herbicida no usan mano de obra, entonces bajan los costos, aunque generan desocupación. Pero además, a ellos no les interesa afectar el suelo, la flora y la fauna. Ellos quieren tene r maíz para su disponibilidad. Yo les digo que ellos mismos pueden utilizar semilla de maíz convencional o en su caso usar semilla no transgénica.
Yo creo que existe algo inexplicable que hace que se tuerza la mano a quién había promovido desde siempre que queremos un país orgánico y ecológico, para vivir en armonía con la naturaleza.
Por todo esto, creo firmemente que el Gobierno debería reflexionar y evitar que intereses particulares le estén forzando a tomar decisiones equivocadas. Le están haciendo temer al Gobierno que no habrá buena producción, cuando se puede comprar maíz no transgénico desde el exterior si se quiere aumentar la producción.
- El año pasado faltó maíz y ha sido uno de los argumentos de apoyo a la introducción de transgénicos para aumentar la producción, ¿qué opina?
- Siempre hemos trabajado con 2,5 y 2,8 millones de hectáreas, pero nunca ha faltado maíz y de repente faltó el año pasado. Es algo inexplicable cuando el suelo está ahí, las llu vias a veces aumentan y a veces disminuyen, incluso exportábamos. No puede ser que ahora se quiera llegar a mayor producción, ampliar la frontera agrícola e incluso eliminar bosques para cumplir, no se sabe con qué propósitos.
Entonces, hay algo detrás de todo esto que hay que indagar. El Gobierno tiene que darse cuenta de dónde viene este tipo de impulsos para torcer la mano a una posición tan grandiosa de vivir en paz con el medio ambiente.
- ¿Se puede limitar la producción de transgénicos como proponen algunos asambleístas del oficialismo?
- EL uso de un 20 a 30 por ciento de transgénicos no es evidente porque el material transgénico contamina a las variedades locales y en un año abarca al 50 por ciento y en otros dos al 100 por ciento. Es un a mentira total que se pueda limitar el uso de transgénicos, a no ser que se cambien los vientos y se pongan barreras, eso no existe. Esta demostrado que los transgénicos avanzan cada 800 metros en cada temporada de viento.
El especialista, que es doctor en ciencias biológicas e investigador, participó entre el jueves y ayer del primer Encuentro Nacional de Redes de Investigación e Innovación en la Casa Campestre, y conversó con Los Tiempos sobre la decisión gubernamental de avalar la utilización de los transgénicos en la agricultura boliviana.
- ¿Cuáles considera usted que serán los efectos de ampliar el uso de transgénicos en la producción de alimentos?
-Como investigador veo que Bolivia, al incorporar semilla transgénica, estará afectando drásticamente su patrimonio genético de varias especies alimenticias. Al introducir transgénicos estaríamos contaminando todas las variedades, todas las especies y ya no tendríamos posibi lidades de producción orgánica.
Los productos transgénicos afectan la salud porque no viene solo, sino con herbicidas que son tóxicas. Inclusive en datos de las mismas empresas que producen transgénicos, que han querido mostrar inocuidad en animales, se han encontrado evidencias que estaban mintiendo y que en realidad producen daños a nivel de riñón e hígado.- ¿Qué pasaría a nivel del medio ambiente?
- Los pesticidas que vienen con los transgénicos provocan severos daños en la flora, en la fauna, en las aves e insectos polinizadores. Entonces el daño ambiental es muy severo.
A nivel de producción, yo creo que el argumento que se está utilizando, por no sé quién, para convencer al Gobierno de que esto va a ser positivo, es completamente falso; porque se ha demostrado en Argentina que el rendimiento obtenido no es significativo y que, además, hay especies e híbridos generados en Bolivia que tienen mejor rendimiento que los transgénicos.
Las cuatro tonelada s por hectárea que se dice producir, podría llegarse a un poco más co n los maíces convencionales.
- ¿Cree usted que existe contradicciones en el Gobierno entre lo que dice y hace?
- Hay contradicción en el Gobierno y creo que la misma tiene que resolverse en algún momento, después que haberse promovido la Ley de la Madre Tierra, en el encuentro de Tiquipaya, y generado una posición a nivel mundial contra este tipo de cosas. Suena un poco raro que en Bolivia se plantee aquello, más todavía cuando gobiernos de tipo neoliberal como el actual Gobierno de Perú ha declarado moratoria de 10 años a los transgénicos. Chile que aceptó al principio esta retrocediendo y Brasil solamente admite para la soya.
-¿Por qué cree que el Gobierno ha cambiado su posición sobre el tema?
- Yo creo que es más un negocio que los agroindustriales quieren meter, porque al usar un herbicida no usan mano de obra, entonces bajan los costos, aunque generan desocupación. Pero además, a ellos no les interesa afectar el suelo, la flora y la fauna. Ellos quieren tene r maíz para su disponibilidad. Yo les digo que ellos mismos pueden utilizar semilla de maíz convencional o en su caso usar semilla no transgénica.
Yo creo que existe algo inexplicable que hace que se tuerza la mano a quién había promovido desde siempre que queremos un país orgánico y ecológico, para vivir en armonía con la naturaleza.
Por todo esto, creo firmemente que el Gobierno debería reflexionar y evitar que intereses particulares le estén forzando a tomar decisiones equivocadas. Le están haciendo temer al Gobierno que no habrá buena producción, cuando se puede comprar maíz no transgénico desde el exterior si se quiere aumentar la producción.
- El año pasado faltó maíz y ha sido uno de los argumentos de apoyo a la introducción de transgénicos para aumentar la producción, ¿qué opina?
- Siempre hemos trabajado con 2,5 y 2,8 millones de hectáreas, pero nunca ha faltado maíz y de repente faltó el año pasado. Es algo inexplicable cuando el suelo está ahí, las llu vias a veces aumentan y a veces disminuyen, incluso exportábamos. No puede ser que ahora se quiera llegar a mayor producción, ampliar la frontera agrícola e incluso eliminar bosques para cumplir, no se sabe con qué propósitos.
Entonces, hay algo detrás de todo esto que hay que indagar. El Gobierno tiene que darse cuenta de dónde viene este tipo de impulsos para torcer la mano a una posición tan grandiosa de vivir en paz con el medio ambiente.
- ¿Se puede limitar la producción de transgénicos como proponen algunos asambleístas del oficialismo?
- EL uso de un 20 a 30 por ciento de transgénicos no es evidente porque el material transgénico contamina a las variedades locales y en un año abarca al 50 por ciento y en otros dos al 100 por ciento. Es un a mentira total que se pueda limitar el uso de transgénicos, a no ser que se cambien los vientos y se pongan barreras, eso no existe. Esta demostrado que los transgénicos avanzan cada 800 metros en cada temporada de viento.
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