A. D. Hans Soria O.La familia Guevara Flores, aún sin tener mercado seguro ni precios, decidió apostar hace un año y medio por la stevia.
Con aproximadamente siete hectáreas de stevia sembradas en Senda B, Chimoré, en el trópico de Cochabamba, nació en noviembre de 2009 la microempresa ST-Vida en la avenida Santa Bárbara, hacia Valle Hermoso, para transformar la producción de la planta dulce en infusiones de diversos aromas y caramelos, con una inversión aproximada a 6 mil dólares.
Los primeros meses de producción, la compañía familiar logró comercializar exitosamente infusiones de té verde, manzanilla, coca, y anís endulzadas con stevia en las ferias de Colcapirhua, Quillacollo, Cochabamba y supermercados de la ciudad.
Ante la creciente demanda del producto, la microempresa familiar comenzó en enero de este año la producción promedio de 10 kilogramos al mes de stevia en polvo, de alta pureza y calidad, en un laboratorio construido artesanalmente, con una inv ersión que actualmente bordea los 10 mil dólares.
El laboratorio artesanal de ST-Vida produce un promedio de 15 kilogramos de stevia en polvo, debidamente certificado por instancias técnicas de la Universidad San Simón y el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud de Paraguay. Proyectos
La microempresa familiar está a punto de concluir un proyecto que le permitirá exportar alrededor de 30 kilogramos de stevia en polvo inicialmente a los mercados de Chile y el norte de Argentina, donde las muestras enviadas alentaron el interés de varias importadoras, dice el gerente general de ST-Vida, Félix Guevara.
“Nuestro laboratorio tiene capacidad de producir hasta 40 kilos mes y esperamos”, indica.
Con aproximadamente siete hectáreas de stevia sembradas en Senda B, Chimoré, en el trópico de Cochabamba, nació en noviembre de 2009 la microempresa ST-Vida en la avenida Santa Bárbara, hacia Valle Hermoso, para transformar la producción de la planta dulce en infusiones de diversos aromas y caramelos, con una inversión aproximada a 6 mil dólares.
Los primeros meses de producción, la compañía familiar logró comercializar exitosamente infusiones de té verde, manzanilla, coca, y anís endulzadas con stevia en las ferias de Colcapirhua, Quillacollo, Cochabamba y supermercados de la ciudad.
Ante la creciente demanda del producto, la microempresa familiar comenzó en enero de este año la producción promedio de 10 kilogramos al mes de stevia en polvo, de alta pureza y calidad, en un laboratorio construido artesanalmente, con una inv ersión que actualmente bordea los 10 mil dólares.
El laboratorio artesanal de ST-Vida produce un promedio de 15 kilogramos de stevia en polvo, debidamente certificado por instancias técnicas de la Universidad San Simón y el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud de Paraguay. Proyectos
La microempresa familiar está a punto de concluir un proyecto que le permitirá exportar alrededor de 30 kilogramos de stevia en polvo inicialmente a los mercados de Chile y el norte de Argentina, donde las muestras enviadas alentaron el interés de varias importadoras, dice el gerente general de ST-Vida, Félix Guevara.
“Nuestro laboratorio tiene capacidad de producir hasta 40 kilos mes y esperamos”, indica.
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