El proyecto de ley que regula el precio de los medicamentos, el expendio y control de farmacias inició su tratamiento en detalle este jueves en la Comisión de Salud de la Cámara Baja y se prevé sea aprobado antes del receso legislativo.
El diputado del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Edwin Tupa, informó que el anteproyecto de la Ley de Farmacias, que se debate en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, no admitirá monopolios ni oligopolios farmacéuticos en el país.
A su juicio, oligopolio significa que las cadenas farmacéuticas son las que monopolizan el mercado en el país.
"La Constitución Política del Estado define con claridad que en el país no puede haber monopolio ni oligopolio de las farmacias", explicó en una entrevista con una televisora local.
En ese marco, Tupa dijo que al diseñar ese proyecto de ley se constató que existe oligopolio en el país, y anunció que se está trabajando con el Ministerio de Salud, el Colegio Nacional de Farmac ia y Bioquímica y la Asociación Nacional de Farmacéuticos, para evitar que las cadenas de farmacias monopolicen el mercado de medicamentos.
"Lo que hicimos es que el manejo de las farmacias vuelva a los profesionales farmacéuticos", argumentó.
Tupa aseguró que los profesionales recién egresados no tienen capital para instalar una farmacia y se emplean en una cadena farmacéutica.
"En ese sentido, pensamos que el Estado debe intervenir en la definición del precio de los medicamentos, para que unos no ganen más que otros por un mismo producto; por eso, si un medicamento cuesta 10 bolivianos en una cadena de farmacias, debe costar 10 bolivianos en cualquier otra", sustentó.
Esta propuesta normativa plantea que las farmacias y redes de las mismas sólo deben estar en manos de los profesionales de esa área: “y deje de ser un negocio para lucrar, para que no cualquiera que tenga capital pueda abrir una farmacia como si fuera un negocio más”, enfatizó la presi denta del Colegio de Bioquímica y Farmacia de Bolivia, Ana Shirley Ca lderón.
La representante nacional de bioquímicos y farmacéuticos argumentó que todo el proceso farmacéutico –desde la fabricación hasta el consumo final– debería estar supervisado por esos titulados, no sólo por la formación académica que tienen, sino también porque se trata de un amplio sector poblacional en busca de un mercado laboral.
“Deben ser unos 9.000 bioquímicos que están colegiados y en el mercado de profesionales en el país”, sin considerar al subregistro de bioquímicos aún no reconocido.
El diputado del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Edwin Tupa, informó que el anteproyecto de la Ley de Farmacias, que se debate en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, no admitirá monopolios ni oligopolios farmacéuticos en el país.
A su juicio, oligopolio significa que las cadenas farmacéuticas son las que monopolizan el mercado en el país.
"La Constitución Política del Estado define con claridad que en el país no puede haber monopolio ni oligopolio de las farmacias", explicó en una entrevista con una televisora local.
En ese marco, Tupa dijo que al diseñar ese proyecto de ley se constató que existe oligopolio en el país, y anunció que se está trabajando con el Ministerio de Salud, el Colegio Nacional de Farmac ia y Bioquímica y la Asociación Nacional de Farmacéuticos, para evitar que las cadenas de farmacias monopolicen el mercado de medicamentos.
"Lo que hicimos es que el manejo de las farmacias vuelva a los profesionales farmacéuticos", argumentó.
Tupa aseguró que los profesionales recién egresados no tienen capital para instalar una farmacia y se emplean en una cadena farmacéutica.
"En ese sentido, pensamos que el Estado debe intervenir en la definición del precio de los medicamentos, para que unos no ganen más que otros por un mismo producto; por eso, si un medicamento cuesta 10 bolivianos en una cadena de farmacias, debe costar 10 bolivianos en cualquier otra", sustentó.
Esta propuesta normativa plantea que las farmacias y redes de las mismas sólo deben estar en manos de los profesionales de esa área: “y deje de ser un negocio para lucrar, para que no cualquiera que tenga capital pueda abrir una farmacia como si fuera un negocio más”, enfatizó la presi denta del Colegio de Bioquímica y Farmacia de Bolivia, Ana Shirley Ca lderón.
La representante nacional de bioquímicos y farmacéuticos argumentó que todo el proceso farmacéutico –desde la fabricación hasta el consumo final– debería estar supervisado por esos titulados, no sólo por la formación académica que tienen, sino también porque se trata de un amplio sector poblacional en busca de un mercado laboral.
“Deben ser unos 9.000 bioquímicos que están colegiados y en el mercado de profesionales en el país”, sin considerar al subregistro de bioquímicos aún no reconocido.
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