La Paz | Después de hacer un alto en la zona de El Sillar, donde los más de 700 marchistas pasaron la Nochebuena y la Navidad, esta madrugada debía reanudarse la caminata hasta llegar a cubrir un nuevo tramo de unos 30 kilómetros, anunció ayer el cacique mayor de los pueblos del Consejo Indígena del Sur (Conisur), Gumercindo Pradel.
La marcha se dirige rumbo a La Paz pidiendo al Gobierno la anulación de la Ley 180 de protección al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
"A este ritmo, presumimos que llegaremos a la llajta el miércoles o jueves a más tardar donde nos reuniremos con autoridades y sectores sociales, que nos preparan un cálido recibimiento", sostuvo el dirigente.
Pradel precisó que los marchistas tienen “la moral alta” y la determinación de llegar a Cochabamba, para luego proseguir hasta La Paz donde se planteará oficialmente al Gobie rno la anulación de la llamada Ley Corta y el carácter intangible del Tipnis para viabilizar el tramo II.
"Este lunes reanudaremos nuestra marcha. Intentaremos avanzar más de 30 kilómetros en medio de una lluvia persistente, el alto tráfico de vehículos y el frío característico de la zona. Contamos con el apoyo de las comunidades, centrales campesinas y el apoyo humanitario y logístico de los productores de coca de dos federaciones", afirmó.
Por otra parte, según el asambleísta departamental del opositor Movimiento Sin Miedo (MSM), Mario Orellana, la marcha del Conisur se realiza en medio de la indiferencia de la población, que no atina a comprender los objetivos de su protesta.
La movilización de una parte de los indígenas del Tipnis, dijo, no encarna el sentimiento de cochabambinos y bolivianos, como el que fue protagonizado por los marchistas de los pueblos bajos del oriente en defensa de la madre tierra y en contra de la destrucción de la biodiversidad de esa zo na protegida por leyes.
"La marcha del Conisur perdió credibilidad , porque detrás de su sacrificio, están los intereses del gobierno, cocaleros y colonizadores, incluso de madereros y traficantes de tierras. No sería nada extraño, que incluso, los narcotraficantes", dijo.
La marcha se dirige rumbo a La Paz pidiendo al Gobierno la anulación de la Ley 180 de protección al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
"A este ritmo, presumimos que llegaremos a la llajta el miércoles o jueves a más tardar donde nos reuniremos con autoridades y sectores sociales, que nos preparan un cálido recibimiento", sostuvo el dirigente.
Pradel precisó que los marchistas tienen “la moral alta” y la determinación de llegar a Cochabamba, para luego proseguir hasta La Paz donde se planteará oficialmente al Gobie rno la anulación de la llamada Ley Corta y el carácter intangible del Tipnis para viabilizar el tramo II.
"Este lunes reanudaremos nuestra marcha. Intentaremos avanzar más de 30 kilómetros en medio de una lluvia persistente, el alto tráfico de vehículos y el frío característico de la zona. Contamos con el apoyo de las comunidades, centrales campesinas y el apoyo humanitario y logístico de los productores de coca de dos federaciones", afirmó.
Por otra parte, según el asambleísta departamental del opositor Movimiento Sin Miedo (MSM), Mario Orellana, la marcha del Conisur se realiza en medio de la indiferencia de la población, que no atina a comprender los objetivos de su protesta.
La movilización de una parte de los indígenas del Tipnis, dijo, no encarna el sentimiento de cochabambinos y bolivianos, como el que fue protagonizado por los marchistas de los pueblos bajos del oriente en defensa de la madre tierra y en contra de la destrucción de la biodiversidad de esa zo na protegida por leyes.
"La marcha del Conisur perdió credibilidad , porque detrás de su sacrificio, están los intereses del gobierno, cocaleros y colonizadores, incluso de madereros y traficantes de tierras. No sería nada extraño, que incluso, los narcotraficantes", dijo.
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