El censo de 2001 estableció que en Bolivia trabajaban 151.274 niños de entre 7 y 14 años. Hoy, la cifra sería de más de 800 mil, de acuerdo con datos del Gobierno. Forzados por la pobreza, en Cochabamba unos 200 mil menores tienen un empleo independiente o dependiente.
Detrás de las cifras hay una realidad que muy pocos conocen. Por ejemplo, casi la mitad de la población trabajadora de niños, niñas y adolescentes en Cochabamba cumple una jornada completa laboral, es decir ocho horas, y dos de cada 10 menores deben trabajar más de esa cantidad de tiempo.
Los datos son algunos de los hallazgos de un equipo de investigadores bolivianos que en 2011 efectuó un estudio sobre la situación de niños, niñas y adolescentes en la ciudad con relación a su actividad laboral.
La investigación, apoyada por la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, encuestó a 400 menores trabajadores en Cochabamba para aportar, con los resultados, a la comprensión sobre el trabajo infantil y la definición de políticas públicas concretas para hacerle frente.
Aunque al ver a niños trabajando la gente suele pensar que su actividad laboral es desarrollada en tiempos libres o durante vacaciones, en general no es así, no se trata de un pasatiempo, revela el informe.
Casi un 70 por ciento de los menores le dedica ocho horas o más a su trabajo y el 63 por ciento trabaja todo el año. Sólo un 27 por ciento lo hace ciertas épocas y 10 por ciento únicamente en períodos irregulares. Por esto, la mayoría de los niños trabajadores no asiste a la escuela o, si lo hacen, no es su prioridad.Inicio laboral
De los niños y adolescentes consultados, un 63 por ciento son varones y un 38 por ciento son mujeres, y casi el 57 por ciento indicó que empezó a trabajar entre los 8 y 12 años, mientras que 2 de 10 dijeron que se insertaron al mercado laboral entre los tres y siete años. Un porcentaje menor, el 19 por ciento, salió a las calles para buscar empleo entre los 13 y los 18 años.
Otro dato importante es que la gran mayoría de los niños, niñas y adolescentes trabajadores, un 95 por ciento, desempeña una ocupación en el sector comercio y servicios y generalmente en el sector informal de la economía. Un porcentaje bastante menor, un 5 por ciento, lleva a cabo sus actividades en el sector denominado semiindustrial.
La mayoría informó trabajar como vendedores ambulantes y afines, limpiabotas, personal doméstico, conserjes, lavadores, mensajeros, porteros y otros.Ingresos
Otro dato importante de la investigación está relacionado con los ingresos que reciben los niños, niñas y adolescentes que trabajan en Cochabamba.
El 54 por ciento de los menores indicó que sus ingresos están entre 150 y 500 bolivianos al mes, mientras que el 26 por ciento recibe entre 600 y mil bolivianos. En tanto, el 11 por ciento no genera ingresos y el 5 por ciento obtiene entre 1.100 y 1.900 bolivianos.
“Cuando sea grande quiero ser...”
Trabajar desde tan pequeños, generalmente en actividades info rmales y mal pagadas, no quita a los niños los sueños de un mejor futuro.
La investigación indica que de los 400 menores trabajadores encuestados, un 43 por ciento dijo que quiere ser en el futuro “profesional e intelectual”; el 23 por ciento se ve como técnico de nivel medio; 15 por ciento quiere ser trabajador no calificado; 6 por ciento aspira a ser trabajador de servicios o comerciante; el 5 por ciento quiere ser operador de instalaciones y máquinas; 4 por ciento optaría por el oficio de operario, artesano u otro; el 2 por ciento se inclina por la actividad de empleado de oficina; y 1 por ciento se ve como personal directivo y de empresas.
Además, pese a lo arduo y sacrificado que puede ser, casi ocho de 10 menores trabajadores indican que les gusta trabajar mientras que al resto, no.
De los consultados, el 95 por ciento no estaba buscando trabajo en el momento en el que fue consultado y el 5 por ciento sí requería una nueva fuente de empleo.
El 4 5 por ciento dijo que consideraba su trabajo como de dificultad regul ar, mientras que el 28 por ciento señaló que su trabajo era arduo y el resto que no lo era.
Finalmente, el 56 por ciento de los niños, niñas y adolescentes trabajadores señaló conocer sus derechos y el 44 por ciento, no.
Ficha técnica de la investigaciónLos investigadores encuestaron a 400 niños, niñas y adolescentes trabajadores, de los cuales 62,8 por ciento son varones y 37,3 por ciento, mujeres.
Sus edades están entre los cinco y 10 años (24,4%), entre 11 y 15 (54,6%) y entre 16 y 18 (21%).
De los consultados, 72,3 por ciento nació en Cochabamba y el resto en otros departamentos de Bolivia. Viven en la zona sur (58,3%), en la zona norte (14,8%), en la zona este (11,3%), en la zona oeste (11,0%) y en la zona central (4,6%).
El equipo que investigó sobre la situación de los niños, niñas y adolescentes trabajadores de Cochabamba está formado por Osvaldo Gutiérrez Andrade, doctor en economía; Giancarla Quiroga Zabalaga, comunicadora social; Valeria Núñe z García, administradora de empresas; y Noly Sejas Vargas, pedagoga social.
Detrás de las cifras hay una realidad que muy pocos conocen. Por ejemplo, casi la mitad de la población trabajadora de niños, niñas y adolescentes en Cochabamba cumple una jornada completa laboral, es decir ocho horas, y dos de cada 10 menores deben trabajar más de esa cantidad de tiempo.
Los datos son algunos de los hallazgos de un equipo de investigadores bolivianos que en 2011 efectuó un estudio sobre la situación de niños, niñas y adolescentes en la ciudad con relación a su actividad laboral.
La investigación, apoyada por la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, encuestó a 400 menores trabajadores en Cochabamba para aportar, con los resultados, a la comprensión sobre el trabajo infantil y la definición de políticas públicas concretas para hacerle frente.
Aunque al ver a niños trabajando la gente suele pensar que su actividad laboral es desarrollada en tiempos libres o durante vacaciones, en general no es así, no se trata de un pasatiempo, revela el informe.
Casi un 70 por ciento de los menores le dedica ocho horas o más a su trabajo y el 63 por ciento trabaja todo el año. Sólo un 27 por ciento lo hace ciertas épocas y 10 por ciento únicamente en períodos irregulares. Por esto, la mayoría de los niños trabajadores no asiste a la escuela o, si lo hacen, no es su prioridad.Inicio laboral
De los niños y adolescentes consultados, un 63 por ciento son varones y un 38 por ciento son mujeres, y casi el 57 por ciento indicó que empezó a trabajar entre los 8 y 12 años, mientras que 2 de 10 dijeron que se insertaron al mercado laboral entre los tres y siete años. Un porcentaje menor, el 19 por ciento, salió a las calles para buscar empleo entre los 13 y los 18 años.
Otro dato importante es que la gran mayoría de los niños, niñas y adolescentes trabajadores, un 95 por ciento, desempeña una ocupación en el sector comercio y servicios y generalmente en el sector informal de la economía. Un porcentaje bastante menor, un 5 por ciento, lleva a cabo sus actividades en el sector denominado semiindustrial.
La mayoría informó trabajar como vendedores ambulantes y afines, limpiabotas, personal doméstico, conserjes, lavadores, mensajeros, porteros y otros.Ingresos
Otro dato importante de la investigación está relacionado con los ingresos que reciben los niños, niñas y adolescentes que trabajan en Cochabamba.
El 54 por ciento de los menores indicó que sus ingresos están entre 150 y 500 bolivianos al mes, mientras que el 26 por ciento recibe entre 600 y mil bolivianos. En tanto, el 11 por ciento no genera ingresos y el 5 por ciento obtiene entre 1.100 y 1.900 bolivianos.
“Cuando sea grande quiero ser...”
Trabajar desde tan pequeños, generalmente en actividades info rmales y mal pagadas, no quita a los niños los sueños de un mejor futuro.
La investigación indica que de los 400 menores trabajadores encuestados, un 43 por ciento dijo que quiere ser en el futuro “profesional e intelectual”; el 23 por ciento se ve como técnico de nivel medio; 15 por ciento quiere ser trabajador no calificado; 6 por ciento aspira a ser trabajador de servicios o comerciante; el 5 por ciento quiere ser operador de instalaciones y máquinas; 4 por ciento optaría por el oficio de operario, artesano u otro; el 2 por ciento se inclina por la actividad de empleado de oficina; y 1 por ciento se ve como personal directivo y de empresas.
Además, pese a lo arduo y sacrificado que puede ser, casi ocho de 10 menores trabajadores indican que les gusta trabajar mientras que al resto, no.
De los consultados, el 95 por ciento no estaba buscando trabajo en el momento en el que fue consultado y el 5 por ciento sí requería una nueva fuente de empleo.
El 4 5 por ciento dijo que consideraba su trabajo como de dificultad regul ar, mientras que el 28 por ciento señaló que su trabajo era arduo y el resto que no lo era.
Finalmente, el 56 por ciento de los niños, niñas y adolescentes trabajadores señaló conocer sus derechos y el 44 por ciento, no.
Ficha técnica de la investigaciónLos investigadores encuestaron a 400 niños, niñas y adolescentes trabajadores, de los cuales 62,8 por ciento son varones y 37,3 por ciento, mujeres.
Sus edades están entre los cinco y 10 años (24,4%), entre 11 y 15 (54,6%) y entre 16 y 18 (21%).
De los consultados, 72,3 por ciento nació en Cochabamba y el resto en otros departamentos de Bolivia. Viven en la zona sur (58,3%), en la zona norte (14,8%), en la zona este (11,3%), en la zona oeste (11,0%) y en la zona central (4,6%).
El equipo que investigó sobre la situación de los niños, niñas y adolescentes trabajadores de Cochabamba está formado por Osvaldo Gutiérrez Andrade, doctor en economía; Giancarla Quiroga Zabalaga, comunicadora social; Valeria Núñe z García, administradora de empresas; y Noly Sejas Vargas, pedagoga social.
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