El Gabinete Ministerial del Presidente Evo Morales rechazó ayer el pedido de inclusión de nuevos feriados en Navidad y Año Nuevo, una propuesta solicitada la semana pasada por los ministros de Culturas, Pablo Groux, y de Trabajo, Daniel Santalla.
La explicación que este último dio a la prensa para justificar el rechazo es que en los últimos días se hicieron consultas con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) y con la Central Obrera Boliviana (COB), y que se llegó a la conclusión de que “Bolivia necesita que se siga trabajando”.
La semana pasada, Santalla se hallaba tan convencido de que la propuesta sería aceptada que convocó a la población a ir alistando maletas. Ayer el discurso fue distinto: “A desempacar las maletas porque no va a haber feriados largos. Se trabajará con normalidad”, señaló preguntado por los periodistas.
La propuesta, que aparentemente fue iniciativa de Groux, consistía en declarar feriados nacionales los días 24 y 31 de diciembre tomando en cuenta que eran fechas precedidas por los dos días de fin de semana y sucedidas por los feriados ya institucionalizados del 25 de diciembre y el 1 de enero.
La idea era que, según explicaron a su turno ambos ministros, la población pueda disfrutar de viajes durante estos días y aprovechar para hacer promoción turística, de un modo similar al 1 de mayo de este año.
Sin embargo, el gabinete después de una reunión decidió que los feriados se mantengan sólo el 25 de diciembre y el 1 de enero.
El martes pasado, el presidente de la CEPB, Daniel Sánchez, se pronunció en contra de incluir más feriados, indicando que la medida afectaría a la productividad de las empresas.
Explicó que gran parte de las empresas trabajan en dos y hasta tres turnos sin que se deje de producir las 24 horas y los 365 días del año, más aún cuando existen industrias donde la paralización de actividades pone en riesgo incluso la maquinaria de producción, c omo es el caso de las textileras.
Sánchez pidió al Gobierno revisa r esa posibilidad, por considerar que este tipo de decisiones de alargar los feriados deben ser planificados, toda vez que de ejecutarse, paralizará el aparato productivo del país.
La explicación que este último dio a la prensa para justificar el rechazo es que en los últimos días se hicieron consultas con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) y con la Central Obrera Boliviana (COB), y que se llegó a la conclusión de que “Bolivia necesita que se siga trabajando”.
La semana pasada, Santalla se hallaba tan convencido de que la propuesta sería aceptada que convocó a la población a ir alistando maletas. Ayer el discurso fue distinto: “A desempacar las maletas porque no va a haber feriados largos. Se trabajará con normalidad”, señaló preguntado por los periodistas.
La propuesta, que aparentemente fue iniciativa de Groux, consistía en declarar feriados nacionales los días 24 y 31 de diciembre tomando en cuenta que eran fechas precedidas por los dos días de fin de semana y sucedidas por los feriados ya institucionalizados del 25 de diciembre y el 1 de enero.
La idea era que, según explicaron a su turno ambos ministros, la población pueda disfrutar de viajes durante estos días y aprovechar para hacer promoción turística, de un modo similar al 1 de mayo de este año.
Sin embargo, el gabinete después de una reunión decidió que los feriados se mantengan sólo el 25 de diciembre y el 1 de enero.
El martes pasado, el presidente de la CEPB, Daniel Sánchez, se pronunció en contra de incluir más feriados, indicando que la medida afectaría a la productividad de las empresas.
Explicó que gran parte de las empresas trabajan en dos y hasta tres turnos sin que se deje de producir las 24 horas y los 365 días del año, más aún cuando existen industrias donde la paralización de actividades pone en riesgo incluso la maquinaria de producción, c omo es el caso de las textileras.
Sánchez pidió al Gobierno revisa r esa posibilidad, por considerar que este tipo de decisiones de alargar los feriados deben ser planificados, toda vez que de ejecutarse, paralizará el aparato productivo del país.
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