Empresarios calificaron de inapropiado el anuncio gubernamental de regular los precios de 10 alimentos de consumo masivo, como la leche, carne, harina, papa, entre otros, mediante una banda de precios que se hará conocer el 25 de agosto.
Para la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC), esa medida desajustará el mercado y abrirá las puertas al contrabando, la especulación y a una posible mayor inflación, como sucedió en otras ocasiones, mientras que para el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la medida desincentivará la producción local y promoverá la importación.
El jueves pasado, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, declaró que hasta el 25 de agosto próximo será definida una banda de precios para los 10 principales productos alimenticios en el marco de la Ley de Revolución Productiva a fin de garantizar un precio justo, tanto para el productor como para el consumidor.
“La medida anunciada por el Gobierno es inapropiada y d efinitivamente representa un desincentivo a la producción de alimentos, porque en la medida en que esos precios fijados por el Gobierno no guarden relación con la estructura de costos, habrá desajustes”, sostuvo Carlos Flores, presidente de la FEPC.Afecta al consumidor
Según el Gerente General del IBCE, la experiencia, no sólo en Bolivia, sino también en varios países del mundo, demuestra que la intervención del Estado en el control de precios de alimentos “no pasa de ser un buen deseo, porque al final los más afectados resultan siendo los consumidores finales”.
Advirtió que la consecuencia inmediata de un control de precios a espaldas de los productores agrícolas es la disminución de la producción nacional y el aumento de las importaciones, que afectan seriamente la seguridad alimentaria.
En su criterio, fijar precios bajos, como pretende una banda de precios, puede repetir la triste historia del pasado año, cuando el precio del azúcar b ajó hasta 3,60 bolivianos el kilo y luego sufrir un paulatino increme nto hasta 7,50. Así, el Gobierno tuvo que importar el producto de diferentes países.Precios forzados
“Bolivia no puede ser una isla de bajos precios en medio de un océano de aguas turbulentas con precios que bajan y suben, porque eso puede traer problemas de desabastecimiento y de desincentivo de la producción nacional de alimentos, tal como sucedió con el maíz”, sostuvo.
Según el Presidente de la FEPC, si el Gobierno persiste en establecer una banda de precios, lo mínimo que puede hacer es consensuar las referencias máximas y mínimas con los pequeños, medianos y grandes productores; además de crear incentivos técnicos, económicos y financieros a la producción nacional de alimentos.
Para la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC), esa medida desajustará el mercado y abrirá las puertas al contrabando, la especulación y a una posible mayor inflación, como sucedió en otras ocasiones, mientras que para el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la medida desincentivará la producción local y promoverá la importación.
El jueves pasado, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, declaró que hasta el 25 de agosto próximo será definida una banda de precios para los 10 principales productos alimenticios en el marco de la Ley de Revolución Productiva a fin de garantizar un precio justo, tanto para el productor como para el consumidor.
“La medida anunciada por el Gobierno es inapropiada y d efinitivamente representa un desincentivo a la producción de alimentos, porque en la medida en que esos precios fijados por el Gobierno no guarden relación con la estructura de costos, habrá desajustes”, sostuvo Carlos Flores, presidente de la FEPC.Afecta al consumidor
Según el Gerente General del IBCE, la experiencia, no sólo en Bolivia, sino también en varios países del mundo, demuestra que la intervención del Estado en el control de precios de alimentos “no pasa de ser un buen deseo, porque al final los más afectados resultan siendo los consumidores finales”.
Advirtió que la consecuencia inmediata de un control de precios a espaldas de los productores agrícolas es la disminución de la producción nacional y el aumento de las importaciones, que afectan seriamente la seguridad alimentaria.
En su criterio, fijar precios bajos, como pretende una banda de precios, puede repetir la triste historia del pasado año, cuando el precio del azúcar b ajó hasta 3,60 bolivianos el kilo y luego sufrir un paulatino increme nto hasta 7,50. Así, el Gobierno tuvo que importar el producto de diferentes países.Precios forzados
“Bolivia no puede ser una isla de bajos precios en medio de un océano de aguas turbulentas con precios que bajan y suben, porque eso puede traer problemas de desabastecimiento y de desincentivo de la producción nacional de alimentos, tal como sucedió con el maíz”, sostuvo.
Según el Presidente de la FEPC, si el Gobierno persiste en establecer una banda de precios, lo mínimo que puede hacer es consensuar las referencias máximas y mínimas con los pequeños, medianos y grandes productores; además de crear incentivos técnicos, económicos y financieros a la producción nacional de alimentos.
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