Nueva York | El miedo a la recaída en la recesión de la economía estadounidense y los persistentes temores al contagio de la crisis de deuda en la zona euro provocaron ayer un nerviosismo generalizado en los mercados mundiales que se saldó con la peor sesión en Wall Street desde diciembre de 2008.
Los índices bursátiles golpearon con dureza a Madrid, Londres, Fráncfort y París y a otros países del viejo continente. El índice de Italia se llevó la peor parte. Los países de Asia no se libraron.
El Dow Jones de Industriales no registraba un retroceso tan pronunciado como el de ayer desde hace más de dos años.
Entonces el principal índice del parqué neoyorquino perdió 679,95 puntos, comparado con los 512,76 enteros o el 4,31 por ciento de esta jornada, en la que se hundió todavía más por debajo de la simbólica barrera de los 12.000 puntos al cerrar en 11.383,68.
Esa caída arrastró al Dow Jones hasta el nivel de pérdidas anuales, ya que ayer estaba en el 1,67 p or ciento debajo del cierre de la última sesión de 2010.
Peor fue ayer para los otros dos principales índices de Wall Street: El selectivo S&P 500 cayó 4,78 por ciento o 60,27 puntos, su peor retroceso desde marzo de 2009. En lo que va de año acumuló una caída del 4,58 por ciento.
El índice compuesto de mercado Nasdaq se desplomó 5,08 por ciento y ya está un 3,64 por ciento debajo del nivel de cierre de la última jornada del año pasado.
Ese desalentador panorama se produjo tan solo un día después de que el parqué neoyorquino se salvara en la última hora de la sesión de acumular la racha bajista más prolongada en el Dow Jones en más de tres décadas.
Pero ayer las cosas fueron muy diferentes y lejos de cambiar el rumbo, los inversores neoyorquinos agravaron aún más su ánimo vendedor en la recta final de la sesión, atemorizados por la palabra "recesión", que volvía a escucharse como una posibilidad en la boca de los analistas estadounidenses.
La continua difusión en las últimas semanas de datos macroeconómicos desalentadores en Es tados Unidos se vio agravada al conocerse que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo bajó en 1.000 y se ubicó la semana pasada en 400.000, según el Departamento de Trabajo.
Ese leve descenso dejó muy bajas las expectativas para el informe oficial de empleo relativo a julio que difundirá hoy (viernes) el Departamento de Trabajo de Estados Unidos y que los inversores temen que demuestre una vez más la debilidad del mercado laboral estadounidense.
En concreto, los analistas pronostican que la tasa de desempleo persistió el mes pasado en el 9,2 por ciento y que la economía tuvo el mes pasado una ganancia neta de apenas 75.000 empleos.
Los índices bursátiles golpearon con dureza a Madrid, Londres, Fráncfort y París y a otros países del viejo continente. El índice de Italia se llevó la peor parte. Los países de Asia no se libraron.
El Dow Jones de Industriales no registraba un retroceso tan pronunciado como el de ayer desde hace más de dos años.
Entonces el principal índice del parqué neoyorquino perdió 679,95 puntos, comparado con los 512,76 enteros o el 4,31 por ciento de esta jornada, en la que se hundió todavía más por debajo de la simbólica barrera de los 12.000 puntos al cerrar en 11.383,68.
Esa caída arrastró al Dow Jones hasta el nivel de pérdidas anuales, ya que ayer estaba en el 1,67 p or ciento debajo del cierre de la última sesión de 2010.
Peor fue ayer para los otros dos principales índices de Wall Street: El selectivo S&P 500 cayó 4,78 por ciento o 60,27 puntos, su peor retroceso desde marzo de 2009. En lo que va de año acumuló una caída del 4,58 por ciento.
El índice compuesto de mercado Nasdaq se desplomó 5,08 por ciento y ya está un 3,64 por ciento debajo del nivel de cierre de la última jornada del año pasado.
Ese desalentador panorama se produjo tan solo un día después de que el parqué neoyorquino se salvara en la última hora de la sesión de acumular la racha bajista más prolongada en el Dow Jones en más de tres décadas.
Pero ayer las cosas fueron muy diferentes y lejos de cambiar el rumbo, los inversores neoyorquinos agravaron aún más su ánimo vendedor en la recta final de la sesión, atemorizados por la palabra "recesión", que volvía a escucharse como una posibilidad en la boca de los analistas estadounidenses.
La continua difusión en las últimas semanas de datos macroeconómicos desalentadores en Es tados Unidos se vio agravada al conocerse que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo bajó en 1.000 y se ubicó la semana pasada en 400.000, según el Departamento de Trabajo.
Ese leve descenso dejó muy bajas las expectativas para el informe oficial de empleo relativo a julio que difundirá hoy (viernes) el Departamento de Trabajo de Estados Unidos y que los inversores temen que demuestre una vez más la debilidad del mercado laboral estadounidense.
En concreto, los analistas pronostican que la tasa de desempleo persistió el mes pasado en el 9,2 por ciento y que la economía tuvo el mes pasado una ganancia neta de apenas 75.000 empleos.
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