Una mayoría de micro empresarios que emplean hasta 10 trabajadores en temporadas altas se resiste a formalizar sus actividades productivas y de servicios, no tanto por el costo de los trámites sino porque creen que los beneficios no son significativos y harían inviable su emprendimiento, dice el gerente general de Cadepia, Daniel Santiesteban.
Señala que muchos microempresarios se preguntan: “Para qué vamos a formalizar nuestras actividades cuando por el tamaño de nuestros emprendimientos, las utilidades que vamos a percibir resultan insuficientes para pagar impuestos, cumplir aportes a la Caja de Salud y a las AFP, reconocer los feriados, dominicales y horas extras, además de cualquier incremento de salarios que todos los años dispone el Gobierno”.
Bajo estos argumentos, una gran cantidad de micro empresas prefiere trabajar en la informalidad y distribuir la totalidad de sus utilidades entre sus trabajadores, que en este caso generalmente son sus propios fa miliares.
“Si un emprendedor asumiera todos los costos que conlleva ser formal al 100 por ciento, una gran mayoría de los emprendimientos, que son de autoempleo, no sería viable económicamente, tendría que cerrarse y despedir trabajadores”, añade Santiesteban.
Agrega que hace tres años, únicamente 180 microempresas, de un total de 600 que se acogieron al Programa de Apoyo a la Formalización de MyPes, formalizaron sus actividades productivas y de servicios, obteniendo su registro de comercio.
Señala que muchos microempresarios se preguntan: “Para qué vamos a formalizar nuestras actividades cuando por el tamaño de nuestros emprendimientos, las utilidades que vamos a percibir resultan insuficientes para pagar impuestos, cumplir aportes a la Caja de Salud y a las AFP, reconocer los feriados, dominicales y horas extras, además de cualquier incremento de salarios que todos los años dispone el Gobierno”.
Bajo estos argumentos, una gran cantidad de micro empresas prefiere trabajar en la informalidad y distribuir la totalidad de sus utilidades entre sus trabajadores, que en este caso generalmente son sus propios fa miliares.
“Si un emprendedor asumiera todos los costos que conlleva ser formal al 100 por ciento, una gran mayoría de los emprendimientos, que son de autoempleo, no sería viable económicamente, tendría que cerrarse y despedir trabajadores”, añade Santiesteban.
Agrega que hace tres años, únicamente 180 microempresas, de un total de 600 que se acogieron al Programa de Apoyo a la Formalización de MyPes, formalizaron sus actividades productivas y de servicios, obteniendo su registro de comercio.
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