Washington | La amenaza de una nueva recesión mundial, impulsada por la crisis de la deuda en la zona del euro, centró ayer los debates de los ministros de finanzas de más de un centenar de países, reunidos en Washington para las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
La nueva responsable del FMI, la francesa Christine Lagarde, volvió a advertir a todos de que el mundo atraviesa “un momento decisivo”.
La noche del jueves, los representantes de las principales economías –avanzadas y emergentes–, miembros del llamado G20, emitieron una declaración inesperada con la intención de tranquilizar a los mercados, en la que reafirmaron su decisión de dar “una respuesta fuerte y coordinada” a las actuales turbulencias.
Aunque Lagarde señaló la “especial responsabilidad” de las economías avanzadas –la UE, Estados Unidos y Japón, en particular–, advirtió a los países e mergentes de que no escaparán a la crisis, si no actúan coordinadamente.
La nueva responsable del FMI, la francesa Christine Lagarde, volvió a advertir a todos de que el mundo atraviesa “un momento decisivo”.
La noche del jueves, los representantes de las principales economías –avanzadas y emergentes–, miembros del llamado G20, emitieron una declaración inesperada con la intención de tranquilizar a los mercados, en la que reafirmaron su decisión de dar “una respuesta fuerte y coordinada” a las actuales turbulencias.
Aunque Lagarde señaló la “especial responsabilidad” de las economías avanzadas –la UE, Estados Unidos y Japón, en particular–, advirtió a los países e mergentes de que no escaparán a la crisis, si no actúan coordinadamente.
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