Berlín | El gobierno alemán cuenta con la quiebra de Grecia y está preparando un plan para hacerle frente y reducir el peligro de contagio a otros países, según la revista "Der Spiegel", que cita fuentes del Ministerio de Finanzas.
La revista, que amplia en su número de la próxima semana una información que adelantó ayer, asegura que la pregunta que se hacen las autoridades de Berlín ya no es cómo salvar a Grecia sino como reaccionar cuando se decida la reestructuración de su deuda.
Según la revista, la posible quiebra griega y sus consecuencias fue el tema central de una reunión de tuvo la semana pasada el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, con su colega finlandesa, Jutta Urpilainen, y su homólogo holandés, Jan Kees de Jager.
"Der Spiegel" afirma que entre los tres ministros hubo acuerdo en que hay que diseñar una estrategia para después de la insolvencia griega, que consideran prácticamente inevitable.
Los funcionarios del Ministerio de Fina nzas alemán encargados por Schäuble de barajar los escenarios posibles tras una reestructuración de la deuda griega consideran que la situación sería manejable bajo determinadas condiciones, independientemente de si Atenas abandona o no la eurozona.
Una reestructuración de la deuda griega traería consigo pérdidas para los acreedores, entre los que están el Banco Central Europeo (BCE) y las instituciones financieras y aseguradoras en toda Europa.
Uno de los objetivos de la estrategia para después de la quiebra sería minimizar esas pérdidas y evitar el contagio a otros países como Italia, España y Chipre.
La revista, que amplia en su número de la próxima semana una información que adelantó ayer, asegura que la pregunta que se hacen las autoridades de Berlín ya no es cómo salvar a Grecia sino como reaccionar cuando se decida la reestructuración de su deuda.
Según la revista, la posible quiebra griega y sus consecuencias fue el tema central de una reunión de tuvo la semana pasada el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, con su colega finlandesa, Jutta Urpilainen, y su homólogo holandés, Jan Kees de Jager.
"Der Spiegel" afirma que entre los tres ministros hubo acuerdo en que hay que diseñar una estrategia para después de la insolvencia griega, que consideran prácticamente inevitable.
Los funcionarios del Ministerio de Fina nzas alemán encargados por Schäuble de barajar los escenarios posibles tras una reestructuración de la deuda griega consideran que la situación sería manejable bajo determinadas condiciones, independientemente de si Atenas abandona o no la eurozona.
Una reestructuración de la deuda griega traería consigo pérdidas para los acreedores, entre los que están el Banco Central Europeo (BCE) y las instituciones financieras y aseguradoras en toda Europa.
Uno de los objetivos de la estrategia para después de la quiebra sería minimizar esas pérdidas y evitar el contagio a otros países como Italia, España y Chipre.
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