Varios intereses se cruzan detrás de la carretera a Beni

domingo, 31 de julio de 2011

Posiciones atrincheradas e intereses particulares parecen alejar la posibilidad de dialogar y concertar una salida para la construcción de la carretera que unirá los departamentos de Cochabamba y Beni, advierten analistas e instituciones.
Para los pueblos del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y sus organizaciones, además de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), intereses muy específicos como la explotación de recursos naturales, minerales preciosos, especies forestales e hidrocarburos, además de la expansión de cocales y colonizadores a áreas protegidas, están detrás de la decisión de construir un obra que atravesará por la reserva ecológica.
Dirigentes de esas organizaciones indican que el 13 de julio pasado, el ministro de Hidrocarburos, José Luis Gutiérrez, abrió la posibilidad de que YPFB realice trabajos de exploración petrolera en el Tipnis, donde se presume que existe un importante reservorio.
Sobre el tema, el e xministro de Hidrocarburos Carlos Miranda señaló que en el Tipnis se detectó una de las más grandes estructuras de hidrocarburos en Bolivia, que no pudo ser cuantificada.
Por otra parte, el analista económico Gustavo Soto señala que existen capitalistas brasileños interesados en incorporar al corredor bioceánico el tramo San Ignacio de Moxos-Villa Tunari, como el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del Brasil (Bndes) que financia la obra.
También dice que cocaleros, colonizadores, soyeros y ganaderos, además de corporaciones multinacionales mineras, metalúrgicas, petroleras, agroindustriales, empresas constructoras y forestales quieren la ruta.

¿Regionalismo?
Para el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo, “es seguro que hay intereses particulares detrás del rechazo de la dirigencia indígena a la carretera. Han de estar por ese lado los sectores más duros del regionalismo de derecha, los que tratarán de prolongar el monopolio de la re lación económica y política con Beni”.
Aunque Delgadillo no nombró a grupos empresariales de Santa Cruz, el vicepresidente Álvaro García Linera acusó recientemente a los dueños de los frigoríficos de ese departamento oriental de financiar una campaña contra la construcción de la carretera para no perder el monopolio de la comercialización de carne de res.
La Federación de Entidades Empresariales de Santa Cruz rechazó las versiones gubernamentales en sentido de que privados de ese departamento quieran el fracaso del proyecto.
El Gobierno también ve en la ruta la oportunidad de internacionalizar Bolivia. El ministro de Obras Públicas dice que “la carretera servirá a los bolivianos, pero, nos interesa (y así está diseñado) que sea utilizada por los brasileños, por los peruanos, por los chilenos, por los latinoamericanos”.
Sobre las denuncias de los pueblos indígenas, que rechazan la construcción del tramo II y dicen que no fueron consultados, Delgadillo señala que “la carretera atravesará el Tipnis y, como lo h emos dicho regularmente, tomaremos todos los recaudos económicos, sociales y normativas medioambientales para que se establezcan seguridades para la permanencia comunal y medioambiental de la zona”.

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