Cuatro años después del inicio de la crisis financiera, la economía mundial sigue siendo frágil y los países de ingresos altos muestran un crecimiento magro. Las naciones en desarrollo deben concentrarse en mejorar el potencial de sus propias economías y al mismo tiempo fortalecer sus reservas para enfrentar los riesgos provenientes de la zona del euro y de las políticas fiscales adoptadas por Estados Unidos, según el recientemente publicado informe del Banco Mundial, Perspectivas Económicas Mundiales (GEP, por sus siglas en inglés).
“La recuperación económica sigue siendo frágil e incierta, de modo que enturbia las posibilidades de un rápido mejoramiento de la situación y del retorno a un crecimiento económico más sólido”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del BM.
Las economías en desarrollo hasta ahora han mostrado una resistencia notable. Pero no podemos esperar hasta que las naciones de ingresos altos recobren la senda del crecimiento, de modo que debemos seguir ayudando a los países en desarrollo en sus inversiones en infraestructura, salud y educación. Esto creará las condiciones para el crecimiento más robusto que sabemos que pueden lograr en el futuro”, sostuvo.
El año pasado, los países en desarrollo registraron una de sus peores tasas de crecimiento económico de la última década, en parte a causa del aumento de la incertidumbre en la zona del euro en mayo y junio de 2012.
Desde entonces, las condiciones de los mercados financieros han mejorado drásticamente. Se recuperaron los flujos de capital internacional hacia los países en desarrollo, que habían caído un 30 por ciento durante el segundo trimestre de 2012, y los diferenciales de los bonos se redujeron por debajo de sus niveles promedio a largo plazo de alrededor de 282 puntos base.
Los mercados accionarios de estos países aumentaron su valor en 12,6 por ciento desde junio pasado.
“La recuperación económica sigue siendo frágil e incierta, de modo que enturbia las posibilidades de un rápido mejoramiento de la situación y del retorno a un crecimiento económico más sólido”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del BM.
Las economías en desarrollo hasta ahora han mostrado una resistencia notable. Pero no podemos esperar hasta que las naciones de ingresos altos recobren la senda del crecimiento, de modo que debemos seguir ayudando a los países en desarrollo en sus inversiones en infraestructura, salud y educación. Esto creará las condiciones para el crecimiento más robusto que sabemos que pueden lograr en el futuro”, sostuvo.
El año pasado, los países en desarrollo registraron una de sus peores tasas de crecimiento económico de la última década, en parte a causa del aumento de la incertidumbre en la zona del euro en mayo y junio de 2012.
Desde entonces, las condiciones de los mercados financieros han mejorado drásticamente. Se recuperaron los flujos de capital internacional hacia los países en desarrollo, que habían caído un 30 por ciento durante el segundo trimestre de 2012, y los diferenciales de los bonos se redujeron por debajo de sus niveles promedio a largo plazo de alrededor de 282 puntos base.
Los mercados accionarios de estos países aumentaron su valor en 12,6 por ciento desde junio pasado.
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