Cae en 50 por ciento la producción de duraznos

domingo, 30 de enero de 2011

Debido a la sumatoria de varios fenómenos climatológicos, principalmente por las consecuencias de una prolongada sequía que se arrastra desde hace dos años en el valle alto, apenas un 40 por ciento de toda la producción de durazno de San Benito, Cliza, Arbierto, Punata y Tarata ingresará al mercado de Cochabamba a partir de la segunda quincena de febrero.
“Hace cinco años, cuando los fenómenos climáticos no eran tan severos, los duraznos de San Benito, Cliza y Arbieto inundaban el mercado local a mediados de enero. Ahora vamos a tener que esperar un mes, porque lo poco que no ha sido dañado tiene todavía que madurar hasta fines de febrero”, comentó María Trujillo, productora de durazno de Arbieto, con media hectárea de durazno.
Las heladas de hasta tres grados centígrados, las elevadas temperaturas por encima de los 30 grados, las tormentas de granizo y los vientos huracanados que se registraron entre septiembre y octubre del año pasado dañaron más del 55 po r ciento de las plantaciones de durazno en etapa de floración que no pudieron recuperarse debido a la falta de agua.
“Las pérdidas económicas, debido a la baja producción de durazno, varían mucho, entre 4 y 7 mil dólares por familia dependiendo de la cantidad de plantaciones. Tenemos afiliados que han perdido toda su producción, otros que han logrado recuperar entre un 40 o 60 por ciento; pero en promedio se ha perdido más del 55 por ciento de la producción”, comentó Efronio Álvarez, presidente de la Asociación Agropecuaria del Valle Alto (Agroval) a tiempo de referir que el año pasado, el principal problema fue una sequía severa.
Puso el ejemplo de un productor que antes cosechaba tres cajones de 20 kilos por planta y ahora apenas recogerá una caja por planta.
Según datos preliminares del censo frutícola en actual implementación, en los seis municipios del valle alto (San Benito, Cliza, Arbieto, Tolata, Punata y Tarata) existen alrededor de 900 familias dedicadas a la producción de durazno en aproximadamente 1.200 hectár eas.
Para el presidente de la Plataforma de Coordinación Interinstitucional e Innovación Tecnológica Frutas del Valle (Placiit-FV), Humberto Vargas, cada año que pasa son mayores los desastres provocados por los fenómenos climatológicos en la región, al extremo que muchas familias abandonaron la fruticultura por otras actividades de menor riesgo.
Ante la baja producción y pérdidas económicas, informó que la Plataforma Frutas del Valle viene estudiando la incorporación de otras variedades tempranas y tardías de durazno más resistentes a los fenómenos climáticos como el jade, el chimarrita y el TGB; la reactivación de la estación experimental de San Benito para desarrollar material genético; la producción certificada de plantines; y la diversificación de la producción a manzanas, uvas, tunas e incluso damascos y ciruelas.
En su criterio, la implementación de un sistema de alerta temprana, con una inversión que fluctúa entre 5 y 13 mil dólares, resulta imprescindible pa ra prevenir heladas, tormentas de lluvia, granizos y otro tipo de desastres naturales. 
 
Eva y princesa alivian crisis de durazneros
Ante la sorpresa de muchos incrédulos y después de experimentar por dos años su crecimiento, las primeras 1.400 plantas de las variedades de manzana colorada Eva y princesa sembradas en 17 huertas familiares del municipio de Cliza empezaron a producir un promedio de 80 kilos por manzanal, informó el presidente de la plataforma Frutas del Valle.
Refirió que las dos variedades de manzana colorada se adaptaron sin problemas a los suelos de la región debido a que tienen bajos requerimientos de horas frío, dulzura, coloración y tamaño, que fácilmente pueden competir e incluso destronar de la preferencia familiar a las manzanas importadas de Argentina y Chile.
“La variedad princesa tiene tres etapas de floración. Cuando le agarra el frío en plena floración se cae y de nuevo florece, y si hace falta se completa”, sostuvo.Los plantines de ambas variedades fueron entregados hace dos años a las 17 huertas familiares a razón de 15 bolivianos. “El año pasado obtuvieron buena cosecha, pero este año están bien cargadas, al extremo que las ramas se están rompiendo”, comentó a tiempo de informar que a mediados de la próxima semana ingresarán a los mercados de la ciudad en cajas especiales y con marca.
“Actualmente estamos desarrollando el sistema de empaque y aprendiendo a cosechar manzanas con pedúnculo para que el producto aguante dos a tres meses sin refrigeración”, dijo.

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