Hay más oferta y empresas en el sector exportador cochabambino

domingo, 25 de septiembre de 2011

En los últimos cinco años, los productos de exportación no tradicionales de Cochabamba, con alto valor agregado y que generan empleo, se incrementaron en aproximadamente un 95 por ciento, de 786 productos en 2005 hasta 1.542 en la gestión  2011, de acuerdo con estadísticas de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco).
Debido a que cada partida arancelaria engloba varios productos de diferentes características, se afirma que en el periodo de referencia la industria cochabambina  incorporó  a sus exportaciones no tradicionales algo más de 1.500 nuevos productos gracias a la capacidad de diversificación y creatividad  de la industria cochabambina, dice Claribel Aparicio, gerente general de Cadexco.
El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Goran Vranicic, destaca que por el espíritu emprendedor del empresario cochabambino, en los últimos cinco años los afiliados a Cadexco también se incrementaron de 107 a 189 empresas exportadoras, gen eralmente medianas y pequeñas empresas, que gradualmente fueron adquiriendo un alto grado de especialización y elevados niveles de transformación, con capitales de operación que superan el promedio de 250 mil dólares.
“La mentalidad empresarial de producir para luego vender, ha cambiado. Ahora se hacen estudios de mercado para ver cuál es la demanda internacional y en función a ese requerimiento se produce”, explica Aparicio.

Productos novedosos
Al gerente general de Cadexco señala que en los últimos dos años se incorporaron a la oferta exportable de Cochabamba más de un centenar de nuevos productos muy novedosos y “nostálgicos”, de gran impacto internacional.
Entre los más representativos mencionó las réplicas de monedas coloniales y con motivos andinos y amazónicos acuñadas en plata pura, por la empresa Royal Silver; la pasta de linter de algodón para la emisión de dólares en el Banco Central de Brasil, procesada por la empresa Deriv ados SA; los fideos de quinua y arroz orgánico, sin gluten; además de sopas instantáneas de cereales andinos, fabricados por la empresa Coronilla.
También están las infusiones de frutas naturales y deshidratadas de los valles y el trópico, elaboradas por fábricas que  llegan a Asia y Europa; las urnas y ataúdes talladas en madera fina y debidamente decoradas con incrustaciones de plata y otros metales a cargo de la empresa Multiagro;  las placas de sodalita (mármol azul) debidamente talladas con motivos de la cultura china y japonesa, exportadas por Diesse; arcángeles de papel picado con incrustaciones de plata a cargo de Silver Craft; y puertas de madera maciza talladas y con vitrales fabricadas por las empresas Sali y UTD.
Entre los productos nostálgicos están: locoto en polvo y maní molido, fricase deshidratado, chuño tunta, mok’onchinchi, quesillo, papalisa, haba y arveja secas, sopas de cereales andinos, carnes de cuy y de castilla embolsadas al vacío, yuca y papaya en conserva e incluso quinsacharañas, trajes típicos del nort e de Potosí y phullus multicolores, exportados por Foods Company, Ecopal, Fabopal, PIM, WMC y Nebur, entre 15 empresas dedicadas a este rubro.
“Considerando el carácter mediterráneo del país, el exportador cochabambino tiene que ser muy creativo, perspicaz como para generar eficiencia en costos y tiempos”, dice Vranicic.

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