La posibilidad de que Insumos Bolivia vuelva a importar harina y manteca de Argentina, dos productos que hasta fin de mayo el Gobierno subvencionó para la producción de pan de batalla, está sujeta a una evaluación técnica, que determinará su conveniencia o no tomando en cuenta la existencia de grandes volúmenes del producto elaborado en los molinos de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
“Insumos Bolivia conoce que Emapa tiene cantidades suficientes de harina nacional para abastecer los requerimientos del país, particularmente de los panificadores. Entonces no hay por el momento necesidad de importar, habiendo producción nacional”, comentó un funcionario de Emapa que prefirió guardar en reserva su nombre.
Con el objetivo de negociar la utilización de harina nacional en la elaboración de pan de batalla, los panificadores de Cochabamba informaron que sus dirigentes nacionales iniciaron ayer conversaciones técnicas con directivos de Emapa s obre la calidad del producto boliviano para uso industrial.
“Emapa tienen que demostrarnos y convencernos de que su harina es buena o no para elaborar pan de batalla calidad, cuando todos tienen muchas dudas”, comentó Héctor Dueñas, portavoz de la Federación de Panaderos de Cochabamba (Fedepaco).Exigencia
Los panificadores de Cochabamba señalaron que por determinación del último ampliado nacional de la Confederación de Panificadores Insumos Bolivia debe reanudar la importación de harina y manteca para garantizar no sólo la producción sino también el peso, el volumen y la calidad del pan de batalla.
Actualmente, el precio de harina nacional de Emapa en el mercado local está entre los 150 y 145 bolivianos el quintal de 45 y 40 kilos, respectivamente, mientras que harina de otras marcas fluctúa entre 158 y 185 bolivianos la bolsa de 50 kilogramos.
Los panaderos federados (240 afiliados) recibieron durante los dos últimos años un promedio mensual de 25 mil quintales, cuando el requerimiento real de los aproximadame nte 650 panaderos a nivel departamental bordea los 150 mil quintales al mes, de acuerdo con estimaciones de Fedepaco.
“Insumos Bolivia conoce que Emapa tiene cantidades suficientes de harina nacional para abastecer los requerimientos del país, particularmente de los panificadores. Entonces no hay por el momento necesidad de importar, habiendo producción nacional”, comentó un funcionario de Emapa que prefirió guardar en reserva su nombre.
Con el objetivo de negociar la utilización de harina nacional en la elaboración de pan de batalla, los panificadores de Cochabamba informaron que sus dirigentes nacionales iniciaron ayer conversaciones técnicas con directivos de Emapa s obre la calidad del producto boliviano para uso industrial.
“Emapa tienen que demostrarnos y convencernos de que su harina es buena o no para elaborar pan de batalla calidad, cuando todos tienen muchas dudas”, comentó Héctor Dueñas, portavoz de la Federación de Panaderos de Cochabamba (Fedepaco).Exigencia
Los panificadores de Cochabamba señalaron que por determinación del último ampliado nacional de la Confederación de Panificadores Insumos Bolivia debe reanudar la importación de harina y manteca para garantizar no sólo la producción sino también el peso, el volumen y la calidad del pan de batalla.
Actualmente, el precio de harina nacional de Emapa en el mercado local está entre los 150 y 145 bolivianos el quintal de 45 y 40 kilos, respectivamente, mientras que harina de otras marcas fluctúa entre 158 y 185 bolivianos la bolsa de 50 kilogramos.
Los panaderos federados (240 afiliados) recibieron durante los dos últimos años un promedio mensual de 25 mil quintales, cuando el requerimiento real de los aproximadame nte 650 panaderos a nivel departamental bordea los 150 mil quintales al mes, de acuerdo con estimaciones de Fedepaco.
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