Los panificadores de Bolivia conminaron al Gobierno a reanudar, en las próximas dos a tres semanas, la importación de grandes volúmenes de harina y manteca de Argentina para garantizar la producción, el peso y el precio del pan de batalla, que podría subir en todo el territorio nacional después de que todo el stock del último año se agotó.
La exigencia fue hecha en el ampliado nacional de la Confederación de Panificadores de Bolivia, realizado el lunes pasado en Quillacollo con la participación de 700 delegados de siete federaciones departamentales, excepto de Tarija y Santa Cruz.
Los panificadores del país advirtieron además que el único responsable por una elevación y especulación de precios en harina, manteca y azúcar, así como de un incremento del precio y disminución del peso del pan de batalla, será Insumos Bolivia, que no supo prever el agotamiento del insumo básico.
Emapa
Al pedido de importar harina argentina para elaborar pan de batalla sumaron la decisi ón de consumir progresiva y gradualmente harina nacional procesada por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) aunque la condición de que le producto sea mejorado, informó Héctor Dueñas, secretario de relaciones de la Federación Departamental de Panificadores de Cochabamba (Fedepaco).
“La única observación que tenemos a la harina Emapa es que sea mejorada y envasada en bolsas de 50 kilos”, dijo y agregó que respaldarán toda iniciativa de siembra, cosecha, molienda, industrialización y comercialización de trigo nacional, que provenga de esta instancia gubernamental.
Dueñas calificó de “atractivo” el ofrecimiento de Emapa de comercializar en las ciudades de Quillacollo, Cochabamba y Sacaba alrededor de 100 quintales de harina nacional, a un precio de entre 135 y 140 bolivianos, una vez que salgan de la molienda.
La exigencia fue hecha en el ampliado nacional de la Confederación de Panificadores de Bolivia, realizado el lunes pasado en Quillacollo con la participación de 700 delegados de siete federaciones departamentales, excepto de Tarija y Santa Cruz.
Los panificadores del país advirtieron además que el único responsable por una elevación y especulación de precios en harina, manteca y azúcar, así como de un incremento del precio y disminución del peso del pan de batalla, será Insumos Bolivia, que no supo prever el agotamiento del insumo básico.
Emapa
Al pedido de importar harina argentina para elaborar pan de batalla sumaron la decisi ón de consumir progresiva y gradualmente harina nacional procesada por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) aunque la condición de que le producto sea mejorado, informó Héctor Dueñas, secretario de relaciones de la Federación Departamental de Panificadores de Cochabamba (Fedepaco).
“La única observación que tenemos a la harina Emapa es que sea mejorada y envasada en bolsas de 50 kilos”, dijo y agregó que respaldarán toda iniciativa de siembra, cosecha, molienda, industrialización y comercialización de trigo nacional, que provenga de esta instancia gubernamental.
Dueñas calificó de “atractivo” el ofrecimiento de Emapa de comercializar en las ciudades de Quillacollo, Cochabamba y Sacaba alrededor de 100 quintales de harina nacional, a un precio de entre 135 y 140 bolivianos, una vez que salgan de la molienda.
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