México |
En la víspera de las elecciones en Estados Unidos, el foro más importante que une a las naciones ricas y a los países en desarrollo, alertó ayer sobre el impacto que puede tener en la economía mundial la falta de consensos políticos en Estados Unidos.
El Grupo de los Veinte (G20), del que EE.UU. es uno de los miembros más importantes, cerró ayer una reunión ministerial de dos días en la capital mexicana con una marcada preocupación sobre el llamado "precipicio fiscal" de Estados Unidos.
Ese peligro alude a la sacudida que podría sufrir la economía de Estados Unidos a comienzos del año próximo si republicanos y demócratas no alcanzan en el Congreso un acuerdo que fije un ritmo sostenido de consolidación fiscal.
Si no sucede así, se teme que haya una importante alza de impuestos y comenzarán aplicarse drásticos recortes automáticos en el gasto público, con un fuerte impacto en la economía estadounidense y peligrosas derivaciones en el resto del mundo.
En la reunión de México, Estados Unidos expresó su "compromiso claro" para trabajar en favor de ese consenso político, según dijo en la rueda de prensa final el anfitrión de la cita, el ministro mexicano de Hacienda, José Antonio Meade.
Ese consenso, agregó Meade, tendrá que ver sobre "cuánto ajuste es necesario en el camino del equilibrio de finanzas públicas, pero no tanto para poner el peligro del crecimiento que se empieza a consolidar en la región".
Le acompañaba en la rueda de prensa el gobernador del Banco de México (emisor), Agustín Carstens, quien destacó que la economía mundial es "frágil" y no puede verse interrumpida por el "precipicio fiscal" al que se expone Estados Unidos.
"Se dejó claro (que) es una decisión que atañe a Estados Unidos, que incide de manera inmediata en Estados Unidos, pero que puede tener repercusiones a nivel global", agregó Carstens.
En la víspera de las elecciones en Estados Unidos, el foro más importante que une a las naciones ricas y a los países en desarrollo, alertó ayer sobre el impacto que puede tener en la economía mundial la falta de consensos políticos en Estados Unidos.
El Grupo de los Veinte (G20), del que EE.UU. es uno de los miembros más importantes, cerró ayer una reunión ministerial de dos días en la capital mexicana con una marcada preocupación sobre el llamado "precipicio fiscal" de Estados Unidos.
Ese peligro alude a la sacudida que podría sufrir la economía de Estados Unidos a comienzos del año próximo si republicanos y demócratas no alcanzan en el Congreso un acuerdo que fije un ritmo sostenido de consolidación fiscal.
Si no sucede así, se teme que haya una importante alza de impuestos y comenzarán aplicarse drásticos recortes automáticos en el gasto público, con un fuerte impacto en la economía estadounidense y peligrosas derivaciones en el resto del mundo.
En la reunión de México, Estados Unidos expresó su "compromiso claro" para trabajar en favor de ese consenso político, según dijo en la rueda de prensa final el anfitrión de la cita, el ministro mexicano de Hacienda, José Antonio Meade.
Ese consenso, agregó Meade, tendrá que ver sobre "cuánto ajuste es necesario en el camino del equilibrio de finanzas públicas, pero no tanto para poner el peligro del crecimiento que se empieza a consolidar en la región".
Le acompañaba en la rueda de prensa el gobernador del Banco de México (emisor), Agustín Carstens, quien destacó que la economía mundial es "frágil" y no puede verse interrumpida por el "precipicio fiscal" al que se expone Estados Unidos.
"Se dejó claro (que) es una decisión que atañe a Estados Unidos, que incide de manera inmediata en Estados Unidos, pero que puede tener repercusiones a nivel global", agregó Carstens.
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