La Paz | AnfLa pobreza alcanzó su nivel más bajo en una década, pero existe el riesgo que esos logros no sean sostenibles, informó, mediante un estudio la Fundación Jubileo, dependiente de la Iglesia Católica.
Los indicadores estadísticos más recientes reflejan un ligero avance en la reducción de la extrema pobreza rural, resultado que podría ser atribuible al pago de bonos con recursos estatales. Actualmente en Bolivia, de los 10 millones de habitantes, aproximadamente seis millones son pobres y de ellos, tres son extremadamente pobres.
Según los datos de la gubernamental Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (Udape) entre 2000 y 2008, la línea de pobreza moderada se redujo del 66,4 a 59,3 por ciento, es decir, menos de 7 puntos porcentuales.
En cambio, la extrema pobreza bajó de 45,2 al 32,7 por ciento equivalente a menos 12,5 puntos porcentuales, durante el mismo periodo de tiempo.
"Más allá de esas cifras, las políticas de desarrollo y acciones orientadas a la reducción de la pobreza todavía no se han constituido en políticas de Estado. Y los avances y retrocesos en políticas y programas son efecto de acciones a veces limitadas por la duración del periodo de una gestión gubernamental", señala el estudio de la Fundación Jubileo.
El documento recomienda que "para que sean alentadores los resultados dependen de su sostenibilidad en el tiempo, pero también deben ser efecto de políticas de desarrollo, ligados al aumento de actividades productivas generadoras de fuentes de trabajo e ingresos".
La Fundación Jubileo advierte que los bonos (Juancito Pinto, Juana Azurduy y Renta Dignidad) deben ser "sólo un complemento al ingreso familiar de los sectores vulnerables y no una sustitución que afecte la oferta en el mercado laboral y tampoco debe generar dependencia de asistencialismo".
Según el estudio a la fecha, el financiamiento de estos bonos ha sido con recursos propios del Estado y con créditos extern os.
Los indicadores estadísticos más recientes reflejan un ligero avance en la reducción de la extrema pobreza rural, resultado que podría ser atribuible al pago de bonos con recursos estatales. Actualmente en Bolivia, de los 10 millones de habitantes, aproximadamente seis millones son pobres y de ellos, tres son extremadamente pobres.
Según los datos de la gubernamental Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (Udape) entre 2000 y 2008, la línea de pobreza moderada se redujo del 66,4 a 59,3 por ciento, es decir, menos de 7 puntos porcentuales.
En cambio, la extrema pobreza bajó de 45,2 al 32,7 por ciento equivalente a menos 12,5 puntos porcentuales, durante el mismo periodo de tiempo.
"Más allá de esas cifras, las políticas de desarrollo y acciones orientadas a la reducción de la pobreza todavía no se han constituido en políticas de Estado. Y los avances y retrocesos en políticas y programas son efecto de acciones a veces limitadas por la duración del periodo de una gestión gubernamental", señala el estudio de la Fundación Jubileo.
El documento recomienda que "para que sean alentadores los resultados dependen de su sostenibilidad en el tiempo, pero también deben ser efecto de políticas de desarrollo, ligados al aumento de actividades productivas generadoras de fuentes de trabajo e ingresos".
La Fundación Jubileo advierte que los bonos (Juancito Pinto, Juana Azurduy y Renta Dignidad) deben ser "sólo un complemento al ingreso familiar de los sectores vulnerables y no una sustitución que afecte la oferta en el mercado laboral y tampoco debe generar dependencia de asistencialismo".
Según el estudio a la fecha, el financiamiento de estos bonos ha sido con recursos propios del Estado y con créditos extern os.
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